Todo lo que quieres saber sobre '¡A ver si llego!'

TELECINCO.ES 27/01/2009 10:02

1. Donde se desarrolla: Un mercado de barrio de una gran ciudad en el que todos se conocen es el escenario principal de '¡A ver si llego!'. El mercado de San Cosme es el punto neurálgico donde se suceden las aventuras y desventuras de propietarios, clientes y vecinos del barrio. Las viviendas de los propietarios, situadas encima del mercado, el bar que frecuentan los vecinos y otros comercios del barrio completan los sets en los que se desarrolla esta hilarante comedia.

Es en este entorno donde los protagonistas acuden a diario y donde afloran sus alegrías sus desvelos, sus inquietudes, sus secretos y sus preocupaciones económicas.

2. Los puestos: una carnicería, una pescadería, una frutería y una panadería son los puestos principales de este particular mercado. Comunicados entre sí, las rencillas entre los propietarios de los puestos son constantes.

Pepa, la carnicera se queja de que la pescadería invade su territorio y estropea su carne. Además considera que su puesto es el mejor de España.

La pescadería está regentada por Fito y su ayudante Mike . Bonachón e inocente, Fito es uno de los tenderos favoritos por la clientela ya que es el único que les deja pagar las viandas al mes siguiente. SIn embargo, su paz interior se ve alterada por Amparo, su mujer que le ha abandonado por el frutero.

Amparo ha conseguido que, Joaquín, el frutero y su ex estén siempre a la greña por amor. Joaquín comparte con el ex de su chica su inocencia. Al igual que ocurre con el pescadero, Amparo hace con él lo que quiere, sobre todo, dejarle temblando su tarjeta de crédito.

Por último, Flora y Fulge son los panaderos. Son conocidos como los fefé del barrio, ya que son los únicos que han conseguido una segunda residencia con el dinero que sacan de vender pan y bollería.

3. La crisis y los trucos de San Cosme: La crisis económica afecta a todos pero en San Cosme, el ingenio y la picaresca se alían con los protagonistas para intentar pasar la mala racha de la mejor manera posible.

Tenderos y clientes se buscan las mañas: apoyar estratégicamente un dedo en la báscula para aumentar el peso de la compra, elegir los puestos en los que fían el género o alquilar habitaciones por horas a parejas son algunas de las singulares iniciativas para llegar a fin de mes que emprenderán los protagonistas.

4. Líos amorosos: La crisis no es el único problema que sufrirán los protagonistas de '¡A ver si llego!' El amor tendrá un papel clave en sus historias, sobre todo para Fito, un hombre abandonado que verá como su mujer mantiene una relación con el frutero, su vecino de puesto.

Amparo, una mujer deshinibida y deseosa de conseguir sus sueños decide abandonar a su marido para vivir una nueva vida junto a Joaquín. Sin embargo, Fito no escatimará esfuerzos para recuperarla y creyendo en el amor que han vivido, se seguirá dejando llevar por los deseos de su ex, quien maneja a su antojo a un hombre inocente y bonachón que sigue ciegamente enamorado.

Por supuesto, Amparo aprovechará la situación y se moverá entre dos aguas: hoy fruta y mañana pescado. Su indecisión no será un problema para ella, mientras decide con quién compartir su vida se aprovecha de los dos hombres que beben los vientos por sus encantos.

Sin embargo, este triángulo se convertirá en quinteto. Si el pescadero sufre por el amor de su mujer, Pepa, la carnicera, ve como, Fito, su amor secreto se humilla ante la mujer que le pone los cuernos. La carnicera sufre en silencio por un amor que oculta a todos, aunque más de uno se haya dado cuenta del brillo de sus ojos cuando habla con el pescadero.

Por si fuera poco, aún hay otro amor no correspondido en el barrio. Si Pepa desea conquistar a Fito, Juanma, el dueño del bar, ansía conseguir el amor de la carnicera.

5. Asedio al mercado: Los problemas de San Cosme no terminan ahí. Los vecinos del barrio tendrán que aprender a convivr con el asedio de una constructora para hacerse con el barrio para construir un centro comercial.

Aunque los propietarios no se lo van a poner fácil, los constructores contarán con unos aliados de lujo: los panaderos intentarán convencer a todos los propietarios de que vendan, aunque sea de una manera poco ortodoxa.

Si el mercado de San Cosme sigue en pie, sólo el tiempo lo dirá.