El momento en el que el médico le comunica a Ana Obregón que su hijo Aless Lequio tiene cáncer: “Fue uno de los más duros”

  • Ana Obregón decidió mostrarse fuerte delante de su hijo Aless

  • Aless lequio falleció en 2020 tras dos años luchando contra el cáncer

  • "El médico me llama y me dice que es un tumor malo y muy agresivo"

A Ana Obregón se le rompió la vida en el año 2020, cuando un cáncer se llevó a su hijo Aless Lequio después de dos años luchando con uñas y dientes. Estuvo convaleciente de los 25 a los 27 y la actriz no se separó de él ni un momento.

Ana Obregón le ha relatado a Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’ el duro momento en el que los médicos le detectaron el cáncer a su hijo. Ella acababa de grabar ‘Paquita salas’ y se sentía “a reina del flow”, pero su vida se derrumbó en un momento. Su hijo tenía fuertes dolores abdominales, pero los médicos decían que era una gastroenteritis. Pero cuando por fin le hicieron pruebas, el diagnóstico fue otro.

Un cáncer “malo y muy agresivo”

Tuvieron que operar de urgencia a Aless a las 12 de la noche y, cuando el médico volvió, le dio a Ana Obregón la peor noticia posible: “Dice ‘Ana, siéntate. Tu hijo tiene un tumor’. No sabía qué hacer”. En ese momento se encontraba sola porque el padre de Aless, Alessandro Lequio, se había tenido que marchar. “Creo que ha sido uno de los momentos más duros. Estuve despierta mirándole mientras dormía”.

Cuando llegó el padre de Aless por la mañana, se lo contaron. El médico les dijo que podía ser benigno y eso le dio esperanza a la familia, hasta que recibieron el resultado de la biopsia: “Fueron 10 días tremendos porque es como esperar tu sentencia de muerte. Me llama a mí el médico y me dice que el tumor es malo y muy agresivo”. En ese momento Ana decidió no llorar delante de su hijo: “Ahí es cuando he sido fuerte, cuando mi hijo me necesitaba. Ahora, no”.

El tratamiento en Nueva York

Ana Obregón y su hijo Aless Lequio se fueron a Nueva York, donde trabajaban con una terapia contra el cáncer que no había llegado a España. Su estancia en Estados unidos fue muy dura, aunque al final recibieron buenas noticias: el tumor se había reducido en un 90%.