La ergonomía y el factor confort son las principales señas de identidad de su generoso habitáculo; un espacio interior en el que pueden viajar ocho pasajeros con total comodidad.
El sucesor de la H1-Van disfruta de un equipamiento muy funcional, casi espartano. Y es que los monovolúmenes de la firma coreana siempre priman más la resistencia de sus materiales que la capacidad de seducción del diseño. La distribución interior se completa con un maletero capaz de albergar hasta 850 litros.
El rendimiento mecánico de este modelo ha sido confiado a un propulsor diésel con inyección directa; un motor de 2,5 litros que entrega nada más y nada menos que 170 caballos, potencia que se convierte en un gran aliado a la hora de mover con soltura sus más de 2.200 kilos de peso.
A nivel de prestaciones, el i-800 es capaz de alcanzar los 190 km/h de velocidad punta y su gasto de carburante es de 8,5 litros a los 100, una cifra más que aceptable para un vehículo de estas características. La transmisión es manual de cinco relaciones con tracción trasera, aunque Hyundai ya ha anunciado un cambio automático para mediados de 2009.
La seguridad juega un papel indispensable en el i-800, un automóvil que cumple con las exigencias habituales en un modelo del fabricante coreano. Además del ABS y de una amplia nómina de airbags, este familiar incorpora un novedoso sistema que integra el control de estabilidad y el de tracción.
Los cambios en el exterior son muy evidentes y, aunque hereda las formas básicas de la H1, este vehículo introduce nuevas variantes, como una parrilla frontal más dinámica y las dos puertas laterales deslizantes. Modelos como el Vito, el Transporter o el Trafic por fin tienen un digno competidor.
Robusto, cómodo y con una personalidad demoledora. Así es el Hyundai i-800, un monovolumen que eleva la categoría de viajar a su máxima expresión.