Cuando Audi lanzó al mercado el A3 muchos pensaron que ya no pasarían de ahí en cuanto a reducir el tamaño de sus modelos. Y durante varios meses sobrevoló la posibilidad de crear una nueva generación del A2, más pequeño todavía, pero esta opción pronto quedó descartada.

Sin embargo, hace dos años sorprendieron a todo el mundo con la llegada de un utilitario: el A1, un vehículo de carácter urbano que tiene un comportamiento notable en carretera y una gran eficiencia.

Nuestra de unidad de pruebas era el 1.6 TDI con 90 CV de potencia, cambio secuencial y acabado S-Line. Un modelo con una longitud que no alcanza los 4 metros, una anchura de 1,7 y una altura de 1,40. Sí, es pequeño, pero su nivel de pragmatismo es muy elevado.

En el interior se respira un aire deportivo por todos sus lados. Los asientos recogen muy bien el cuerpo, el volante cuenta con levas y los acabados son realmente buenos donde el color negro domina por completo.

El A1 no tiene una potencia muy llamativa, pero resulta suficiente para impulsar el coche hasta los 182 km/h, acelerar de 0 a 100 km/h en 11,6 segundos y firmar un gasto medio de combustible de sólo 4,2 l/100 km.

El coche sólo pesa 1.260 kilos, lo que facilita enormemente su agilidad, tanto en carretera como a la hora de circular en ciudad.

Y es que el Audi se mueve con soltura en cualquier circunstancia, sobre todo, con este cambio de marchas S-tronic que funciona de maravilla en el A1.

La suspensión está rebajada 15 milímetros en esta variante y gracias a unas llantas de 16 pulgadas, el paso por curva es muy consistente. La dirección es eléctrica y dispone de asistencia en función de la velocidad.

El A1 TDI está disponible en España desde 23.190 euros y os aseguramos que, a pesar de su tamaño, es todo un Audi.