Audi Quattro vs A1 Quattro
Esta semana os hemos preparado una prueba muy especial repleta de historia y sobre todo, de nostalgia. Y es que hemos cumplido el sueño de cualquier amante de los rallys: conducir un Audi Sport Quattro de 1983. Un modelo con el que pilotos como Walter Rolrh o Hannu Mikola ganaron carreras, campeonatos del mundo y marcaron a fuego la época dorada del WRC.
Y comenzamos con el análisis, porque el aspecto del Sport Quattro impone. El coche es largo, ancho y en él destaca el alerón trasero con radiador incluido. Y todo sin olvidarnos de los míticos colores de guerra y de su motor de 5 cilindros en posición longitudinal. En pocas palabras: todo un placer para la vista.
Pero esto no es todo, porque si los jóvenes aficionados de los años ochenta soñaban con un coche como el Sport Quattro, hoy en día la máquina más deseada es ésta: el nuevo Audi A1 Quattro.
El urbano alemán recibe todo lo aprendido en más de 20 años de tramos cronometrados. Una máquina con toques retro como el diseño de las llantas, pero con una apariencia de coche de carreras de la que pocos modelos del mercado pueden presumir.
Para llevar a cabo esta prueba contamos con la ayuda de Manuel Gómez, campeón de España de rallys clásicos, propietario del Sport Quattro, y un fan incondicional de la marca de los cuatro aros. Y cómo no, a los mandos del A1 se encontraba nuestro probador, Marcos Martínez.
Ya en pista los dos coches se comportan de manera totalmente diferente. El A1 es un modelo muy evolucionado gracias la transmisión Quattro con cambio manual; un poderoso propulsor de 2 litros con tecnología TFSI que rinde unos explosivos 256 CV y un chasis muy afinado.
Por eso su conducción es fluida pero excitante, eso sí, basta con sólo realizar un ligero cambio de pesos, o tirar levemente del freno de mano antes de una curva para que el A1 nos deleite con una bonita cruzada de la que saldremos patinando con las cuatro ruedas solo con apretar el gas a fondo.
Por su parte, el Sport Quattro es todo pasión y vieja escuela. Y tal y como decía Walter Rolrh, es un coche al que parece que le han atado un toro bravo al morro, en referencia a la fuerte patada del turbo cuando entra en acción.
El propulsor rinde unos 350 CV siempre que estemos por encima de las 3.000 rpm y el cambio es manual de 6 velocidades con un manejo muy directo. Este coche de coleccionista está preparado por los especialistas de Gallardo Sport, profesionales expertos en rallys clásicos que no dudaron en acompañarnos como asistencia en esta emocionante prueba.
Para finalizar el test, los pilotos quisieron cambiarse de montura, para sentir la enorme diferencia que hay en 20 años de automovilismo. Tanto uno como otro quedaron encantados con la experiencia, y coincidieron en la facilidad de conducción del pequeño A1 y en la brutalidad de reacciones del Sport Quattro. Dos coches para soñar.
Eso sí, la comodidad del A1 dista mucho de la del Sport Quattro, en el que es fácil golpearse el casco continuamente con las barras, o rascar una marcha si no se realiza el punta tacón a la perfección.
En resumen, un coche al que resulta muy difícil extraer todo su potencial. Todo lo contrario que Manuel con el A1, al que se adaptó desde la primera curva, y pudo exprimirlo al 100%.
El precio del Audi A1 es de 55.000 euros mientras que el valor del Quattro de 1983 es más elevado aún.
Así transcurrió un día inolvidable en la historia de Más Que Coches GT, una jornada increíble que os aseguramos que se repetirá con más modelos de diferentes épocas y condiciones.
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