Esta semana hemos decidido realizar una prueba en profundidad a un coche que está dando mucho que hablar. Se trata de uno de los modelos eléctricos tecnológicamente más avanzados del mercado, el i3. El primer producto de la revolucionaria gama i de BMW que ya está disponible desde 35.500 euros.
Empezando por su aspecto, nos encontramos con lo que quizá sea el vehículo más moderno de todo el mercado. Tiene una carrocería bicolor, llantas de 20 pulgadas con unos neumáticos de sólo 155 mm de anchura y una iluminación de aspecto futurista. De hecho, es un coche que llama la atención allá por donde vaya.
El interior sigue el mismo patrón que el exterior y utiliza fibra de vidrio para reducir el peso. Un interior en el que el salpicadero está presidido por una gran pantalla, y el habitáculo es luminoso y muy espacioso, sobretodo en las plazas delanteras. El selector de marcha está situado tras el volante, su uso es peculiar, pero es fácil acostumbrarse, y a los pocos minutos no volveremos a querer usar otro sistema.
Pero quizá el punto más comentado de este coche es su rendimiento. Su motor genera 170 CV de manera instantánea y a cualquier régimen, con lo que sus prestaciones son dignas de todo un GTI. Pasa de 0 a 50 km/h en 2,9 segundos y de 80 a 120 en poco más de 5. Por su parte, la velocidad máxima es de 150 km/h. Nosotros no quisimos perder la oportunidad de probar su aceleración en ciudad, y su agilidad quedo sobradamente demostrada.
La autonomía es el único aspecto en el que el i3 no es la referencia dentro de su segmento. En el modo eco-pro llega a recorrer 170 kilómetros entre carga y carga, pero esta cifra se puede llegar a reducir a unos 100 si realizamos una conducción rápida o salimos a una autovía. Aunque como todo tiene solución, y en BMW son expertos en solucionar problema, existe una variante denominada range extended que incorpora un pequeño motor de dos cilindros a modo de generador. Esta versión cuesta 39.900 euros y aumenta su autonomía hasta los 350 kilómetros.
El i3 es un coche que ofrece un gran placer de conducción en cualquier circunstancia, con una estabilidad perfecta y con un toque deportivo firma de la casa. Y como en cualquier eléctrico, la retención del motor es mayor, pero en el caso del i3 la mecánica llega a frenar el coche para conseguir la máxima regeneración de energía. De hecho, cuando soltamos el acelerador por completo, se encienden las luces de freno. Esto nos permite, siempre que seamos previsores, usar sólo un pedal durante la mayor parte del tiempo.
Asi es el BMW i3, un coche muy recomendable para los que no salgan de la ciudad y busquen un medio de transporte con un toque picante. Además, gracias a la subvención por la compra de un vehículo eléctrico que el gobierno tiene prevista para este 2014, el coste final del i3 se reduciría en más de 5.000 euros.