Es uno de los descapotables con más personalidad del mercado. Su estilo americano es inconfundible y, además, cumple a la perfección con la filosofía de este tipo de máquinas: mucha potencia y mucho neumático. Así es una bestia que responde al nombre de Chevrolet Camaro.
Y es que este coche encaja a la perfección en la denominación muscle cars: coches americanos grandes, imponentes, con tracción trasera y con un gran motor V8 bajo el capó. Además, es el modelo con mejor relación precio/potencia del mercado, ya que “sólo” cuesta 51.000 euros.
A simple vista, el Camaro es un coche que impresiona. Mide casi 5 metros de largo y 2 de ancho, y sus formas fuertes y robustas definen una estampa de máquina poderosa. Las llantas son de 20 pulgadas, el capó está abultado para acoger su motor y dos franjas en color contraste recorren el capó y la tapa del maletero. Una decoración que es todo un guiño al Camaro de los 70.
El interior es espacioso y cómodo como todo buen americano, y los asientos sujetan bien el cuerpo y están tapizados en cuero de calidad. Pero por encima de todo destaca la inmensa pantalla del salpicadero, desde la que podremos manejar todos los sistemas del coche.
El motor que esconde bajo el capó, es un V8 con 6,2 litros de cilindrada que rinde una potencia de 432 CV. Este propulsor no impresiona por su tecnología, pero transmite la misma sensación de poderío que los muscle cars. Potencia en estado puro. Ideal para dejar el neumático pegado al asfalto.
Con este corazón el Camaro Cabrio es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h. Eso sí, el gasto medio de combustible no baja de los 14 l/100 km, que es el precio que hay que pagar por disfrutar del sonido de un V8 americano.
Dinámicamente el Camaro no es un coche creado para rodar en circuito. Pesa casi 2.000 kilogramos, no tiene diferencial autoblocante, y las suspensiones no están enfocadas para un uso en la pista. Pero gracias a su potente mecánica, el Camaro nos dará más de una alegría.
A nosotros nos ha gustado la experiencia con uno de los pocos old school que quedan en el mercado. Potencia americana en estado puro.