Departamento de competición de Toyota

telecinco.es 04/06/2013 11:36

Esta semana Más Que Coches GT viajó hasta Colonia, Alemania, para conocer el departamento de competición de Toyota encargado de desarrollar el coche con el que disputarán las 24 horas de Le Mans.

Allí pudimos ver el prototipo, el museo histórico e, incluso, nuestro piloto probador Marcos Martínez se subió en el simulador de la marca y pasó lo que tenía que pasar: que ganó la carrera que se disputo.

Y es que nada más entrar a la sede de TMG, se respira un ambiente racing en cada esquina. La bienvenida nos la dieron un Toyota GT-One que acabó segundo en la edición de 1999, el Fórmula 1 de 2010 que nunca llegó a participar en un gran premio, y el Célica Grupo B de 1984. Historia del automóvil en estado puro.

El siguiente paso fue realizar una visita a la fábrica, lugar en el que se construye cada tornillo de los coches de competición de Toyota. Una ruta en la que el punto más interesante fue sin duda las impresoras 3D, que son capaces de construir piezas con formas tan complejas como éstas en cuestión de horas.

Pero uno de los platos fuertes estaban todavía por llegar, ya que nos estaba esperando ni más ni menos que el Toyota TS 030 Hybrid, la máquina con la que el gigante japonés intentará arrebatar el trono de Le Mans a los invencibles Audi. Un coche que sorprende desde cualquier ángulo.

Lo pudimos observar dentro de los boxes del equipo de Le Mans, con varios chasis a medio terminar, y con los mecánicos e ingenieros trabajando a destajo. Este coche es un F1 carrozado, tiene un chasis monocasco de fibra de carbono, una aerodinámica muy eficaz que supera con creces la de la categoría reina, y un propulsor moderno y potente: un V8 de 3.4 litros con aspiración atmosférica y 530 CV. Pero lo más interesante es su motor eléctrico, que impulsa las ruedas traseras y añade otros 300 CV más al conjunto.

Más tarde, pudimos entrar en una de las salas con más valor histórico que hemos visto nunca: el museo de competición. Más de 25 coches de ensueño entre los que se encontraban joyas como el famoso Corolla de Carlos Sainz, una de las 25 unidades del GT-One Road Car homologados para circular por la calle, y un modelo de cada F1 que ha creado Toyota. Eso sí, con sus correspondientes monos, cascos y trofeos.

Modelos de ensueño que marcaron nuestra memoria a fuego, y que los amantes del motor nunca olvidaremos. Algo especial que muy pocas veces se tiene la oportunidad de ver y por supuesto de tocar.

Pero el plato fuerte estaba por llegar, porque una puerta más allá nos esperaba el simulador oficial del equipo Toyota. Una máquina con más de 5 años de desarrollo en el que se han invertido la friolera de 4 millones de euros. Aquí, pilotos e ingenieros prueban sin parar nuevas soluciones para seguir mejorando.

Antes de subirnos al monoplaza, los responsables del simulador nos avisaron que los tiempos se cronometrarían y que habría un ganador al final de las tandas. Así que esto iba en serio. Este artefacto se sostiene sobre unos amortiguadores hidráulicos que simulan cada curva, frenada, o bache, para que el piloto se encuentre como si estuviese conduciendo un coche de verdad.

Aunque la carrocería era la de un Fórmula 1, el coche que condujimos era el modelo 2013 de Le Mans. 830 CV para nosotros sin miedo a romper nada. Pura diversión.

Y como era de esperar Marcos Martínez se subió, se puso los auriculares para comunicarse con el ingeniero y comenzó sus 7 vueltas lanzadas. El tiempo a batir era 1:37.5 y ya en la segunda vuelta rodaba en 1:35 bajos, para terminar su tanda con un espectacular 1:33.2 que le dio la victoria entre todos los participantes. Eso sí, nada más bajarse aseguró que en la vida real quizá no arriesgaría tanto.

Así transcurrió nuestro día en las instalaciones de Toyota Motorsport. Una jornada inolvidable que nos demuestra el esfuerzo que está haciendo esta marca por conseguir su sueño, vencer las 24 horas de Le Mans. Lo veremos el 23 de junio y quedo claro que nuestro probador tiene unas manos espectaculares.