Y empezó el viaje por la Targa Florio. El primer GTS que probamos en este lugar fue el 911 Targa 4. Y por supuesto, lo hicimos con el cielo como techo.

El Targa tiene un motor con 3,8 litros de cubicaje que rinde 430 CV de potencia. El cambio es manual de 7 velocidades y el rugido que emiten sus escapes es, simplemente, cautivador.

Este automóvil firma una velocidad máxima de 300 km/h, la misma que en su día alcanzaban los Porsche que disputaban y ganaban la Targa Florio.

A los mandos de este coche recorrimos las localidades que forman el trayecto de más de 140 kilómetros de lo que fue esta mítica carrera: Castelbuono, Cefalú, Colesáno...

La pista poco o nada tiene que ver con los actuales circuitos. Estas carreteras estrechas y llenas de baches parecen infames pero no les falta encanto.

Y del 911 Targa 4 GTS pasamos a una berlina de lujo marcada por su deportividad: el Panamera.

En la variante GTS su motor rinde una potencia de 440 CV, alcanza los 288 km/h y acelera de 0 a 100 en sólo 4,4 segundos.

Su paso por curva resulta casi estremecedor y todo gracias a una suspensión y un chasis que rozan la perfección. Además, se apoya en unos neumáticos traseros de 285 mm anclados en llantas de 19 pulgadas.

Además, el cambio automático de 7 velocidades permite toda clase de conducción: desde la más tranquila hasta la más radical. Algo que comprobamos en el universo de la Targa Florio.