Infiniti Q50, un coche de ensueño
El segmento Premium del mercado se prepara para vivir en los próximos meses algo parecido a lo que ha ocurrido en la Fórmula 1, en la que de repente, un equipo como Red Bull ha sorprendido a escuderías históricas como Ferrari, McLaren o Williams. Y lo ha hecho con ideas técnicas revolucionarias, una organización muy desarrollada, y por supuesto, la ayuda de un piloto como Sebastian Vettel.
Y esta figura la encarna en el mercado Infiniti, que además, es colaborador técnico del equipo Red Bull de Fórmula 1. La firma japonesa empezó en Estados Unidos su camino y, debido al enorme éxito cosechado en este mercado, los responsables decidieron expandirse a otros países.
Una marca que basa su éxito en tres pilares fundamentales: el diseño de sus coches es muy peculiar, sus potentes motores cuentan con toda la tecnología que posee Renault y sus niveles de equipamiento son muy elevados.
Y esta semana la marca ha dado un paso más en su trayectoria con el lanzamiento del Q50. Con este automóvil, Infiniti ha iniciado una segunda etapa que tiene todos los ingredientes para hacer mucho ruido.
Un equipo de Más Que Coches GT se trasladó hasta Barcelona para acudir a la presentación internacional del Q50, un coche que se comercializa en dos variantes: una con motor diésel y otra muy potente con propulsión híbrida.
Después de recorrer varios kilómetros por los alrededores de la Ciudad Condal, nos dirigimos al circuito de pruebas de Castellolí. Y fue en este escenario donde pudimos comprobar todas las excelencias de esta máquina.
El Q50 es una berlina que mide 4,7 metros y tiene una anchura de 1,82 metros. Cada detalle de su carrocería posee la misma intención que el monoplaza de Fórmula 1: ganar la batalla al viento y lograr las máximas prestaciones. Sin duda, haber unido a estas dos bestias del motor ha dado como resultado algo excepcional.
El diseño del coche responde a un estilo muy deportivo, pero a la vez elegante, moderno y sofisticado. Unos valores que encajan a la perfección en la categoría reina del automovilismo.
El interior respira calidad por todos sus lados. La posición al volante es muy cómoda y muy del gusto de quienes prefieren conducir con el asiento muy bajo. Además, el cuadro de instrumentos ofrece mucha información y el salpicadero está presidido por dos grandes pantallas, una enfocada hacia el uso del navegador y otra desde la que se controlan multitud de funciones.
Y curiosamente sólo existen unos pocos botones, entre ellos, el que selecciona el modo de conducción que queremos.
Pero el hábitat del Infiniti es más que equipamiento. Tiene capacidad para cinco pasajeros, los asientos son grandes y confortables, las plazas traseras cuentan con un espacio más que suficiente y el maletero tiene una capacidad de 400 litros en el caso de la versión híbrida, y de 500 en la variante diésel.
Pero pasemos a la acción. Nuestra unidad de pruebas era el Q50 S con propulsión híbrida. Una propuesta que puso a nuestra disposición el fruto de la unión del motor eléctrico y el de gasolina. Es decir, una potencia de 364 CV. Y por si esto no fuese suficiente, cuenta con tracción total, aunque hay la posibilidad de que sólo sea trasera. La guinda al pastel la pone un cambio automático de 7 velocidades muy rápido con levas en el volante.
Acelera de 0 a 100 en sólo 5,4 segundos y su comportamiento en toda clase de curvas es intachable. Y es que la suspensión, el chasis y unos neumáticos Dunlop Run Flat trabajan a la perfección en cualquier tipo de asfalto y carretera.
y como no podía ser de otra manera, cuenta con todos los sistemas de seguridad disponibles en el mercado, pero llaman la atención dos: por una parte el Active Lane, un dispositivo que supervisa que el coche no se salga del carril y corrige la trayectoria si es necesario.
Así nos lo demostró Alejandro, uno de los expertos de Infiniti en la presentación del coche en Castellolí.
El otro dispositivo a destacar y que es opcional, es la dirección eléctrica que sólo está disponible en la variante más alta del diésel y en el híbrido. Sin ella, los baches de la carretera se transmiten al volante de forma clara. Por el contrario, con ésta incorporada, podemos pasar por una zona irregular sin que el volante lo note e incluso sin apoyar las manos en el volante.
Por su parte la versión diésel cuenta con un propulsor de origen Mercedes-Renault que rinde una potencia de 170 CV y que representa la versión de acceso al Q50. Una gama que tiene una oferta de precios que arranca en 34.900 euros.
Desde esta semana, todos los focos se van a centrar en el Infiniti Q50, y al igual que su socio en la Fórmula 1, las cosas pueden cambiar, y mucho, en el segmento Premium. Porque este coche lo tiene todo para protagonizar una auténtica revolución en esta categoría del mercado.
Dentro de pocas semanas os contaremos más secretos de este automóvil, que todavía guarda muchos.
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