Mercedes GLK, un coche que puede con todo
Es una categoría de coches con estética de todoterreno que no llega a tener las capacidades “off road” de los auténticos monstruos de la tierra. Sin embargo, algunos todocamino poseen cualidades que van más allá de rodar bien sobre asfalto y de forma correcta en caminos de tierra.
Y un claro ejemplo de esta polivalencia la encontramos en el “GLK”. No estamos ante un coche destinado exclusivamente a la carretera sino, como podéis comprobar, es un todocamino que puede superar ciertas dificultades.
La marca alemana comercializa el “GLK” con dos tipos de enfoque: uno para circular por carretera y hacer pequeñas incursiones en el campo y otro más específico que permite adentrarnos en zonas más complicadas.
En la versión “off road”, que en la gama 2013 ya no tiene diferencias estéticas como antes, la altura de la suspensión es 30 milímetros más alta y además, posee tracción total en casi todas sus variantes.
En cuanto a motores, existe un bloque de gasolina que rinde 300 cv. Y cinco de tipo diésel con potencias que oscilan entre los 140 y los 265 cv. Además laS variantes más potentes con tracción integral están equipadas con cajas de cambio automáticas de 7 velocidades.
Existe la posibilidad de configurar el GLK y orientarlo completamente hacia la practica del todoterreno con elementos como “off road light”, unas luces que ofrecen una iluminación más abierta para mejorar la orientación en el campo.
Como podéis ver en esta prueba, la electrónica juega un papel importante en el “GLK”, que a pesar de la falta de adherencia, no deja de traccionar para salir airoso de dificultades tan contundentes como es la presencia del barro.
Después de ver como rueda el Mercedes en estas condiciones, tenemos muy claro que el “GLK” no es un todocamino “light” sino mas bien un coche que puede con casi todo.
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