La nueva generación del Mercedes Clase S incorpora dispositivos de seguridad desconocidos hasta ahora. Estas son algunas de las delicatessen tecnológicas que incluye una berlina que parece difícil de superar.

Mercedes lleva preparando este modelo algo más de tres años. Un modelo exclusivo que cuenta con una silueta que comparte apariencia con hermanos de gama como el Clase E y sobre todo, el CLS.

Sin embargo, bajo su carrocería se esconde un arsenal técnico que confirma que no estamos ante un coche cualquiera. Y es que el interior es un canto a la comodidad, el diseño y al placer de viajar.

Sus asientos pueden incorporar función de masaje y elegir entre 7 tipos diferentes para relajarse. Además, incluyen ventilación para evitar sudores en la espalda y el volante es calefactado para que las manos entren rápidamente en calor si venimos de sufrir el intenso frío exterior.

Además, el cuadro de instrumentos tiene diferentes configuraciones y como si fuera una extensión del mismo, una pantalla central gobierna el habitáculo. Pantalla que tiene un tamaño superior a un Ipad y entre sus múltiples funciones permite leer mensajes SMS o correos electrónicos mientras conducimos.

El Clase S ha sido sometido a todo tipo de pruebas en diferentes condiciones, tanto en asfalto como en nieve. Y en estas imágenes rodadas en una pista de test, podéis comprobar una de las grandes novedades de este automóvil.

Se trata de un sistema de radares que controla los baches y ondulaciones del asfalto. La centralita mide todas las irregularidades de la superficie con cierta antelación y configura la suspensión para que los ocupantes no noten nada al pasar por encima.

Como podéis ver en estas imágenes, el Clase S circula sobre un pequeño badén y la carrocería apenas se mueve. El sistema se llama Magic Body Control y representa un avance increíble.

El Distronic Plus de nueva generación es otro de los avances que aporta este Mercedes. Sistema que a través de sensores y radares, permite al vehículo seguir la estela de quien circula por delante, siempre, eso sí, que se circule en condiciones de tráfico lento, ya que el sistema no funciona por encima de los 30 km/h.

El dispositivo actúa sobre el acelerador, frenos y dirección, es decir, que puede rodar casi de forma autónoma en los atascos típicos de la ciudad. Eso sí, deja de funcionar si abandonamos las manos del volante.

Otra de las exquisiteces de este vehículo es el control que ejerce con todo lo que le rodea. Ya sean peatones o animales, es capaz de frenar de forma automática sin actuación del conductor.

Además este sistema hace lo mismo de noche, e incluso puede lanzar una ráfaga de luz a un peatón para advertirle del peligro en caso de cruzar de forma indebida o simplemente, sufrir un despiste. Ahora y para completar la exclusividad de la nueva Clase S sólo hace falta que lo probemos y os podemos asegurar que será muy pronto.