El Abarth 500 ya ha pasado varias veces por nuestro programa, y lo hemos probado en carretera abierta, en el revirado circuito de karts de Ángel Burgueño, y hoy, va a rodar entre las técnicas curvas del trazado de Kotarr.

Aquí, el pequeño italiano demuestra todo lo que puede hacer, y su chasis ágil unido a un motor rabioso, contribuyen a que la conducción sea muy emocionante.

El diseño exterior del Abarth 500 se podría definir con una sola palabra: musculoso. El paragolpes es más grande y aerodinámico, el amplio alerón trasero mejora la estabilidad a altas velocidades y los pasos de ruedas se han ensanchado para dar cabida a las llantas de 17 pulgadas.

El interior rebosa deportividad por todos sus poros y en el destacan los asientos deportivos, que además son muy cómodos, y un volante con un aro grueso y anatómico. Un equipamiento que se completa con un testigo luminoso de aviso de cambio de marcha.

El motor de esta pequeña bestia es un cuatro cilindros turbo con 1,4 litros de cubicaje que rinde una potencia de 135 caballos. Una cifra que no impresiona, pero hay que tener en cuenta que pesa menos de 1000 kilos.

Por eso no es extraño que acelere de 0 a 100 en solo 7.9 segundos y alcance una velocidad máxima de 205 kilómetros hora.

Gracias a su corta distancia entre ejes, su ligereza y un chasis muy bien afinado el Abarth atacaba los pianos sin piedad, y se mostró como una máquina perfecta para un circuito como el de Kotarr. Pero marcos se quedó con ganas de más potencia, y decidimos sacar del box una pequeña sorpresa: el GTI más rápido del mercado. El imponente Renault Megane RS.

Afirmación que proviene de la misma Renault donde presumen de que el Megane es el coche de tracción delantera más rápido del mundo, al ser capaz de completar una vuelta al circuito de “Nurburgring” en 8 minutos 8 segundos. Un tiempo increíble que supera a rivales de segmentos superiores equipados con mecánicas mucho más potentes.

Y es que el Megane tiene el doble de caballaje que el pequeño Abarth, al extraer 265 rabiosos caballos de su motor 2 litros turbo. Y además, gracias a un diferencial autoblocante, unas suspensiones súper deportivas, y al chasis cup de Renault, al Megane solo le faltan las pegatinas para convierte en todo un coche de carreras.

En materia de prestaciones, el RS impresiona, y es capar de alcanzar 255 kilómetros hora de punta y pasar de 0 a 100 en solo 6 segundos. Además, este último dato es real, y lo pudimos comprobar en el menú de adquisición de datos del coche.

Su aspecto impresiona, y gracias a su color amarillo y a sus llantas negras de 18 pulgadas, el conductor no pasará desapercibido. Además este modelo es cuatro centímetros más ancho que el Megane convencional, esta más pegado al suelo, y cuenta con paragolpes deportivos, mientras que el tubo de escape central, completa un estilo puramente deportivo.

El interior no cambia en exceso, y tan solo el volante, el cuadro, y sobretodo unos asientos recaro que rallan la perfección marcan la diferencia.