Malos hábitos al volante que ponen en peligro la seguridad

  • Algunas manías de los conductores pueden, no solo aumentar el riesgo de accidente, sino también perjudicar a la vida útil del coche.

A medida que aumenta el tiempo de conducción, los conductores ganan confianza en sí mismos. Sin embargo, ese aumento de la seguridad al volante puede provocar la aparición de algunos hábitos que se convierten en características propias de cada piloto. Quédate, te lo contamos todo en MQC Renting.

Muchas de esas manías personales son inofensivas y no provocan ningún daño pero algunas de ellas sí pueden llegar a representar un riesgo real. Además, no solo pueden afectar a la integridad física de quienes van al volante sino que también pueden perjudicar de alguna manera al vehículo o al resto de conductores y peatones.

Estos son algunos malos hábitos que ponen en riesgo tu seguridad:

  • Postura incorrecta. Es una de las manías más habituales. Con gran frecuencia se ven conductores con el brazo apoyado a la ventanilla, con una sola mano al volante… Estas posiciones aumentan el riesgo de accidentes ya que estar sentado de la manera correcta y cómoda es una de las principales medidas de seguridad a la hora de ponerse al volante.
  • No hace uso de los retrovisores. Sustituir los retrovisores por un movimiento de cuello puede ser peligroso ya que puede convertirse una distracción para los conductores.
  • Exceso de confianza en la carretera. Repetir con frecuencia la misma ruta puede convertirse en un riesgo, pues en algunas ocasiones sentimos que conocemos muy bien una carretera y solemos conducir de manera autómata, sin prestar suficiente atención.
  • No mantener la distancia de seguridad con otros coches: acosar al conductor que va delante es uno de los malos hábitos que, con el tiempo, suelen adquirir muchos conductores, una acción que, sin duda, aumenta el riesgo de accidentes.

Malos hábitos que acortan la vida útil del vehículo:

  • Colocar una mano en la palanca de cambios. Es un gesto habitual pero dañino para el coche. No importa si es automático o manual, la presión sobre la palanca puede provocar vibraciones y estropear el sistema.
  • Presionar el embrague constantemente. Muchos conductores mantienen pisado el embrague en un atasco o en un semáforo. Sin embargo, esta acción hace que se desgaste con mayor rapidez.
  • Confiarse de la reserva de combustible. Esperar hasta el último minuto para poner gasolina puede generar daños en la bomba o los inyectores debido a los sedimentos acumulados en el depósito. Lo correcto es repostar antes de que se encienda la luz de la reserva.
  • Pisar constantemente los frenos. Para reducir la velocidad no siempre debemos usar los frenos. Muchas veces, solo con reducir la marcha es suficiente. Su uso excesivo puede generar un desgaste innecesario y acelerar el cambio de las pastillas de frenos.

No se trata de cambiar tu manera de conducir, solo de minimizar los malos hábitos al volante. Estas medidas no solo ayudan a mejorar tu seguridad, sino que una conducción eficiente te permitirá también ahorrar dinero.