En el debut venció 1-0 a la Argentina y luego alcanzó los cuartos de final, quedándose fuera ante Inglaterra, al caer 3-2 en tiempo suplementario. Terminó en el séptimo lugar. Desde entonces, su rugido no se ha vuelto a escuchar.
Undécima en el ránking de la FIFA, tetracampeona de África (1984, 1988, 2000 y 2002) y oro olímpico en Atlanta 1996, Camerún es uno de los máximos exponentes del fútbol africano.
Pese a que ha logrado su billete con facilidad, la fase clasificatoria no ha estado exenta de problemas. De hecho, la derrota ante Togo en Ghana en el primer partido de la segunda fase, provocó la destitución de su seleccionador, el veterano alemán Otto Pfister.
El francés Paul Le Guen le sustituyó empeñado en acabar con el mal ambiente que había en el equipo. La actitud del equipo, el compromiso y la profesionalidad de los juegadores creció enteros.
El defensa Rigobert Song fue despojado entonces del brazalete de capitán, que pasó a manos de Samuel Eto'o, máximo goleador de la historia de Camerún y el jugador con mayor ascendente en el vestuario.
El ex blaugrana, autor de nueve dianas en once encuentros clasificatorios, es la gran figura de un equipo con varios futbolistas que se juegan en Europa. Sin embargo, el tenaz y rápido ariete del Inter de Mourinho es el referente ofensivo de este combinado.
Alexandre Song (Arsenal), Jean Makoun (Lyon) y Achille Emana (Betis) aquilatan este grupo, que también cuenta con otros valores como Pierre Webo (Mallorca), Geremi (Newcastle), Idriss Kameni (Espanyol) y Stephane Mbia (Rennes)
"Hemos conseguido que la gente vuelva a creer en este equipo. Supone para todos nosotros una hazaña jugar en un Mundial, especialmente en uno que se organiza en África. Somos peligrosos porque tenemos una buena mezcla de experiencia y hemos aprendido a jugar juntos", dijo Samuel Eto'o, la gran figura.