Polizones por un sueño

GABRIEL CRUZ/ FERNANDO HERNÁNDEZ 19/09/2010 22:21

Estamos en el muelle, vemos el mar y, sin embargo, no tenemos la sensación de libertad y paz que da contemplar la inmensidad. Muy al contrario, sentimos que estamos en emparedados por dos deseos. Tras ese horizonte está España, la prosperidad europea y su deseo de mantenerla para los suyos; a nuestra espalda, Marruecos, y el ansia de muchos de sus jóvenes de alcanzarla como sea. En medio: nosotros, el puerto de Melilla.

Estamos con Gerardo, un guardia civil junto a su brazo derecho: Sirito. Es un compañero especial: es un perro. Los dos pertenecen a la unidad canina de la Guardia Civil. Lo que este perro busca son personas. Al año se suelen localizar una media de unos 250 inmigrantes intentan colarse como polizones en los barcos que parten de Melilla. El momento ideal para hacerlo: la noche.

Cada año, una media de unos 250 inmigrantes intentan colarse como polizones en los barcos que parten de Melilla. Son más 14 mil contenedores que pasan cada año por este puerto. Se revisan antes de entrar en las bodegas de los barcos.

Riesgo de morir

Damos vueltas por los alrededores del puerto. Se oyen golpes dentro de un camión. Es una persona corre riesgo de morir. Es un inmigrante que se está asfixiando. Le abrimos el camión y lo que nos encontramos es con un joven marroquí.

Gracias a la gran selección de la Guardia Civil para estas funciones, contamos con un guardia que habla serja (un dialecto del norte de Marruecos). Gracias a él podemos traducir lo que nos dice: "El trailer estaba en la calle y me subí a el. En Marruecos está todo muy mal y quería salir de aquí hacia España" A él lo han sacado ileso del camión, otros no han corrido tanta suerte. Como apunta Gerardo: "hemos sacado a jóvenes con una pierna rota. Había pasado mucho tiempo en el camión y el miembro tenía síntomas de gangrena". Así que muchas veces más que interrumpir su sueño de llegar a Europa lo que hace la Guardia Civil es salvarles la vida.

Casi todos los inmigrantes ilegales tienen entre 18 y 35 años. Como el hombre al que los agentes localizan en otro camión. Nos dice que "quería pasarme a España. Somos muchos los marroquíes que lo intentamos. Tengo familia allí. Quiero buscarme la vida". Así es como ellos lo llaman cuando intentan cruzar a nuestro país: buscar la vida.