Sucesos

El sindicato policial defiende la actuación en Torremolinos con táseres que acabó con un fallecido pese a las duras críticas de la familia

Comisaría de la Policía Nacional en Torremolinos. Europa Press
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La investigación abierta tras la muerte de un hombre de 35 años durante su detención en un locutorio de Torremolinos trata de reconstruir cómo fue la intervención policial en la que el arrestado sufrió una insuficiencia cardiorrespiratoria. El Sindicato Reformista de Policías (SRP) sostiene que los agentes se enfrentaron a una fuerte “agresividad” y “resistencia”, lo que motivó el uso del táser.

Así lo recoge 'Málaga Hoy'. La portavoz del sindicato, Mariló Valencia, ha subrayado que la situación fue extrema: “Estaba muy agresivo. Era inviable reducirlo. Los policías no se podían ni acercar”. Añadió que se emplearon dos dispositivos porque el detenido "seguía resistiéndose y era necesario cubrir y proteger al agente que estaba siendo agredido. Disparas y necesitas un tiempo para volver a utilizarla. Uno de los compañeros la utilizó y otro de ellos tuvo también que intervenir". Aseguró que actuaron "siguiendo el protocolo establecido".

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“Defendemos la pistola eléctrica como un arma intermedia"

Los hechos ocurrieron el pasado domingo por la tarde, cuando una patrulla acudió a un aviso por un presunto robo con violencia en un establecimiento de telefonía de la calle Hoyos. Según el personal del negocio, lograron retener al sospechoso, pero alertaron de su comportamiento “fuera de control”. A la llegada de los agentes, de acuerdo con la versión sindical, el hombre estaba en un estado de agitación que hacía arriesgado aproximarse a él. Durante el operativo se utilizaron dos pistolas eléctricas y, tras ser reducido, el arrestado entró en parada cardiorrespiratoria. Aunque los funcionarios pidieron asistencia sanitaria de inmediato, no fue posible salvarle la vida. Valencia consideró después que, si el hombre “hubiera desistido” y se hubiera “entregado”, el final podría haber sido distinto.

La portavoz defendió el uso del táser y recalcó que los policías actuaron siguiendo las normas vigentes. “Estamos a la espera del informe final para saber las causas de la muerte”, apuntó, recordando que estos dispositivos llevan una cámara automática que graba toda la intervención. Añadió: “Defendemos la pistola eléctrica como un arma intermedia. Permite evitar lesiones a terceros y asegura el éxito de la reducción”. También insistió en que para que una descarga resulte mortal deben concurrir circunstancias “muy excepcionales” y que, según ella, este no era uno de esos escenarios.

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Analizan si hubo un cuadro de delirium agitado u otros factores

Para contextualizar su postura, Valencia mencionó episodios recientes en los que la ausencia de táser tuvo consecuencias graves. Recordó la muerte de Paco, un agente asesinado por un indigente armado con un cuchillo: “Intentaron reducirlo sin arma de fuego ni defensa. El agresor le atravesó el corazón”. También citó un incidente en Benalmádena en el que un hombre intentó apuñalar a viandantes y un policía resultó herido antes de poder detenerlo. “Hemos presenciado incluso tiroteos en los que al agresor no le ha temblado el pulso para disparar”, añadió.

Fuentes cercanas al caso describen el procedimiento como “complejo”, con “dudas por resolver”. La autopsia practicada en el Instituto de Medicina Legal de Málaga ha quedado pendiente de pruebas complementarias que permitan determinar si la muerte pudo estar relacionada con un cuadro de delirium agitado u otros factores. Expertos consultados señalan que este síndrome, en aumento por el consumo de drogas, afecta sobre todo a personas jóvenes que muestran comportamientos extraños y episodios violentos, y que a menudo estos casos derivan en fallecimientos que generan alarma social y ponen bajo sospecha a policías y sanitarios. Las grabaciones de las cámaras asociadas a las armas y el peritaje serán claves para aclarar lo ocurrido en los minutos previos a la muerte del detenido.