Pasando la aduana por la cara: España ensaya en Gibraltar el nuevo sistema europeo de control

  • A partir de 2022 el reconocimiento facial y la huella dactilar serán claves para atravesar fronteras en Europa

  • El sistema se ensaya ya en Gibraltar

Olvídese del pasaporte o el DNI, aunque llévelos en el bolsillo por si se los piden. Las nuevas fronteras europeas se pasarán por la cara, o a dedo. El reconocimiento facial, y nuestra huella dactilar, determinarán quién accede, o quién no, a ese espacio común que llamamos Europa. Será en 2022, como anuncio el Director General de la Policía, Francisco Pardo, en el Congreso, el pasado Diciembre, pero ya se ensaya en la frontera entre La Línea de la Concepción y Gibraltar.

Policía Nacional y Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) trabajan conjuntamente para poner a prueba un sistema que se convertiría en norma de obligado cumplimiento en esa frontera, de no alcanzarse un acuerdo sobre Gibraltar entre la Unión Europa y Reino Unido, que permita levantar la Verja.

Los agentes disponen de tabletas capaces de escanear pasaportes y huellas dactilares, además de reconocer las caras de las personas a bordo de los vehículos.

Quienes pasan aduana estos días se encuentran con un sistema de doble control, en el que el control biométrico de cada individuo se acompaña de la supervisión policial. Eso si se pasa pie. Si se utiliza el coche, los agentes disponen de tabletas capaces de escanear pasaportes y huellas dactilares, además de reconocer las caras de las personas a bordo de los vehículos.

Fuentes policiales confirman a NIUS el inicio de esos ensayos de los que el Ministerio del Interior, también consultado, declina ofrecer información por el momento. Unos test que, temen trabajadores fronterizos -más de 14.000 atraviesan diariamente la Verja-, pueden provocar largas colas peatonales y retrasar su llegada al trabajo.

La experiencia piloto llega tras terminar los trabajos de remodelación de la aduana en la que se han gastado más de cinco millones y medio de euros, la mitad destinados a los nuevos sistema automáticos, que ahora se ensayan.