Un juzgado de Lleida perdona 1,6 millones de euros a un matrimonio que perdió su empresa y su casa
La deuda se originó por préstamos para salvar su empresa del sector editorial, al verse afectada por la crisis de 2008
El juzgado aplica la ley de la Segunda Oportunidad y condona una deuda de 1.605.066 euros
La mujer contrajo en 2005 una grave enfermedad que asegura que le supuso un "gasto económico enorme"
Un juzgado de Lleida ha aplicado la ley de la Segunda Oportunidad y ha condonado una deuda de 1.605.066 euros a un matrimonio cuya insolvencia se originó por los préstamos que pidió para salvar su empresa, del sector editorial, al verse afectada por la crisis de 2008, y que acabó perdiendo, al igual que su vivienda.
La empresa cerró y la situación económica del matrimonio se agravó al ejecutarse y subastarse su vivienda y quedar una gran parte de la hipoteca pendiente de abonar, según un comunicado del despacho de abogados Bergadà Abogado, que ha representado al matrimonio, que también fue víctima de una estafa.
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La mujer contrajo en 2005 una grave enfermedad que asegura que le supuso un "gasto económico enorme", ya que tuvieron que "hacer pólizas de seguro especiales y comprar medicamentos caros que la mutua no cubría, del mismo modo que tampoco cubría las operaciones o las visitas, relata el despacho de abogados.
Crisis e inversión fallida
Cuando ella retomó su actividad laboral en 2008, la crisis inmobiliaria provocó un descenso de sus clientes, los bancos cortaron créditos a la empresa, el matrimonio solicitó préstamos personales y cerró la oficina para trabajar desde casa. "Pero todo fue a peor", explica ella.
En 2009 un conocido les dijo que invirtieran el poco dinero que tenían ahorrado en monedas suizas y con el ánimo de remontar su situación económica contrataron ese producto. "Lo que nos aseguraron que era una inversión segura y con una alta rentabilidad acabó siendo una estafa piramidal, por lo que nos quedamos sin nada y con el agua al cuello", argumentan.
La abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà, socia fundadora de Bergadà Abogados, ha explicado que "la pareja estaba en una situación muy delicada. Constantemente iba sufriendo adversidades y, además, las entidades bancarias que durante años les habían ofrecido nuevos productos porque su empresa estaba funcionando, cuando las cosas empezaron a ir mal por la crisis les dejaron abandonados".
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