Un vecino de Girona dona su herencia al instituto del pueblo para que ningún alumno tenga que dejar de estudiar
Antoni Rossell Terris no pudo estudiar porque tuvo que ponerse a trabajar como sastre con 13 años
La condición indispensable del legado de Antoni: el sastre que dejó toda su herencia al instituto de su pueblo de Girona
El gesto de una persona puede acabar cambiando la vida de muchas. Es el caso de Antoni, un vecino de Sant Hilari Sacalm, en Girona, que al morir ha donado su patrimonio al instituto de su pueblo. Su objetivo: que otros hagan lo que él no pudo, estudiar.
Antoni Rossell Terris nació en plena guerra civil. Creció en la posguerra y siempre tuvo una espinita clavada. No pudo estudiar.
Le tocó cambiar los juguetes por hilos y máquinas de coser desde muy niño. Se convirtió en sastre, uno de los mejores. Trabajó para grandes firmas catalanas e internacionales.
Pero su inquietud por la educación le persiguió toda su vida y quiso poner remedio.
Becas a la excelencia
Coincidiendo con la graduación de bachillerato del instituto Anton Busquets i Punset se ha hecho oficial que el alumnado de San Hilari Sacalm podrá optar a cuatro nuevas becas gracias a la donación altruista de Rossell.
Las becas, dotada cada una de ellas con 5.000 euros, serán a la excelencia y al fomento del catalán. Porque Rossell era consciente de que el idioma se está perdiendo.
Todo un gesto de humanidad para los jóvenes de este pequeño pueblo, donde pasó sus últimos años, y donde todos, empezando por los docentes del instituto, celebran que los jóvenes no se tengan que marchar del pueblo como pasaba antes.
Antonio no quiso que ningún joven repitiera su historia. Él tiene un sobresaliente en la asignatura de la vida.