Terrorismo

Un estudio identifica los factores que llevaron a la radicalización de la célula terrorista del 17-A en Barcelona

Memorial de la Rambla que rinde homenaje a las víctimas del 17A
Memorial de la Rambla que rinde homenaje a las víctimas del 17A. Europa Press
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BarcelonaUn estudio científico ha identificado los factores de riesgo que llevaron a la radicalización de los miembros de la célula terrorista de Ripoll, que cometió los atentados en Barcelona y Cambrils los días 17 y 18 de agosto de 2017.

La investigación ha sido realizada por los Mossos d'Esquadra, junto a las universidades de Córdoba, Granada y Burgos, esclareciendo los factores de riesgo y protección presentes en el proceso de radicalización violenta de los autores de los atentados tras analizar 200 declaraciones policiales, 50 entrevistas semiestructuradas realizadas a familiares, amigos y personas del entorno, 123 evidencias tecnológicas, 25 pruebas físicas, 18 pruebas virtuales y otros informes complementarios.

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La célula terrorista formada por diez miembros empezó a constituirse entre finales de 2014 e inicios de 2015. Sobre estas diez personas, los investigadores han estudiado los factores de riesgo presentes en su radicalización y los de protección que deberían haber contrarrestado a los primeros.

¿Qué factores influyeron?

"El estudio ha demostrado que aunque el proceso de radicalización violenta tiene una naturaleza multifactorial, en el caso de los atentados del 17 y 18 de agosto de 2017, los factores potencialmente protectores no fueron suficientes para contrarrestar la influencia de los factores de riesgo, generándose así un desequilibrio poder favorecer este proceso", ha explicado la policía catalana

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De este modo, los investigadores han revelado que las variables analizadas como el ámbito psicológico, las actitudes o creencias subjetivas y segregacionistas tuvieron una presencia "significativamente más elevada entre los miembros que otros factores protectores" como como los sociodemográficos o los experienciales o actitudinales, especialmente aquellos relacionados con su integración social, que habrían podido evitar su radicalización.

Una conclusión que demuestra que los factores de riesgo estaban "más conectados entre sí y mantenían un fuerte vínculo como si se formase una red bien estructurada y compacta". En cambio, los factores protectores "estaban más desconectados entre ellos y no tenían bastante", de forma que los primeros neutralizaron los segundos y su posible efecto positivo: "Las amistades que todos mantenían con gente externa a la célula no fue suficiente para neutralizar las acciones violentas que cometieron".

Trabajo empírico: sin sesgo ni estigmas

La Comisaría General de Información impulsó el proyecto 'Camins', después de los atentados, con el objetivo de evaluar y mejorar los programas de prevención del extremismo violento: "El objetivo era entender los motivos que llevaron a los miembros de la célula terrorista a iniciar un proceso de radicalización violenta y describir los factores que intervinieron".

Para realizar esta investigación, se han utilizado datos de la Comisaría General de Información que sirvieron para la investigación y elaboración del informe policial del “caso Ramblas”, bajo la tutela del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional. Asimismo, el estudio se ha realizado de manera anónima codificando los datos para evitar conflictos éticos y para que el equipo investigador no tuviera ningún sesgo y el trabajo fuera absolutamente descriptivo y objetivo.

Ahora, la relevancia de esta investigación se centra en la posibilidad de avanzar en el desarrollo de herramientas de apoyo a la evaluación del riesgo y en el conocimiento de los mecanismos que se encuentran en la base de la radicalización, un fenómeno sobre el que el conocimiento actual todavía es limitado.