La Audiencia de Girona condena a prisión permanente revisable a un vecino de Campdevànol que torturó y asesinó a su pareja
Alberto Pérez, un vecino de Campdevànol que torturó y asesinó a su pareja en 2022, condenado a prisión permanente revisable
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La Audiencia de Girona ha condenado a prisión permanente revisable, una pena que impone por primera vez, a Alberto Pérez, un vecino de Campdevànol que torturó y asesinó a su pareja en 2022 y a quien el jurado popular declaró culpable de todos los delitos de que se le acusaba.
Esta pena, a la que se suma además otra de 17 años de cárcel, se aplica solo en delitos de extrema gravedad y es la más dura del sistema legal español. Tras la vista oral, el tribunal popular declaró el pasado octubre al acusado culpable por unanimidad de los delitos de asesinato, agresión sexual y maltrato habitual, sin apreciar ninguna de las circunstancias eximentes o atenuantes que pedía la defensa.
La sentencia ahora recoge la totalidad del veredicto, que a su vez había hecho suyo el escrito de acusación del fiscal Enrique Barata, e impone la pena de prisión permanente revisable por asesinato con alevosía y ensañamiento, con los agravantes de género y maltrato habitual. Por la agresión sexual, la pena es la máxima, quince años, y por el maltrato otros dos, que suman los diecisiete que se añaden a la prisión permanente.
Alberto torturó y asesinó a Anna en el domicilio donde se encontraba
El jurado consideró probado que, entre el 19 y el 21 de septiembre de 2022, el condenado se personó en el domicilio donde se encontraba su pareja, Anna, de 21 años, y la torturó hasta que la joven murió. El texto de la Audiencia recoge que el asesino cometió esos hechos para demostrarle a la víctima "el control y superioridad que ejercía sobre ella como mujer".
La defensa alegó que el hombre había tenido un brote psicótico y pidió una eximente completa por capacidades cognitivas y volitivas anuladas o gravemente afectadas por consumo de drogas, medicamentos y alcohol, así como un atenuante por tener acreditado un largo historial de toxicomanía.
El jurado, en base a la aportación de las dos forenses que analizaron el cuerpo de la víctima, determinó que el condenado no padecía trastorno mental alguno, que no había señales de brote psicótico y que el análisis de las muestras de orina y sangre no reflejaban un consumo abusivo de drogas.
El magistrado ponente impone en concepto de responsabilidad civil la indemnización solicitada por las acusaciones: 200.000 euros para cada uno de los padres de Anna, 200.000 para la hermana y 20.000 para su tía materna.
Además, se impide a Alberto Pérez acercarse a menos de 500 metros de estos familiares durante cinco años tras la condena, el mismo periodo en que se le prohíbe el uso de armas, y se le impone otros 10 años de libertad vigilada.