¿Hay conexiones entre las personas trasplantadas y las que donaron sus órganos? Los extraños casos de Daryl y Jimmy

¿Hay conexiones entre las personas trasplantadas y las que donaron sus órganos? Es una cuestión que se han hecho numerosos científicos de todo el mundo y que han tratado desde principios de este siglo en numerosos estudios, implicando a universidades y centros de investigación de todo el mundo.

Ahora, un grupo de científicos, entre los que se incluyen especialistas como Muhammad Imran, han publicado un estudio titulado 'Más allá de la bomba: un estudio narrativo que explora la memoria del corazón' (Beyond the Pump: A Narrative Study Exploring Heart Memory) en el que tratan esta cuestión. "El campo del trasplante de órganos, en particular el trasplante de corazón, ha sacado a la luz fenómenos interesantes que desafían las interpretaciones tradicionales de la memoria, la identidad y la conciencia", comienza diciendo el documento, publicado el pasado martes 30 de abril.

"Los estudios indican que los receptores de trasplantes de corazón pueden exhibir preferencias, emociones y recuerdos parecidos a los de los donantes, lo que sugiere una forma de almacenamiento de memoria dentro del órgano trasplantado. Los mecanismos propuestos para esta transferencia de memoria incluyen la memoria celular, modificaciones epigenéticas e interacciones energéticas", detallan los investigadores, antes de desglosar los aspectos en los que un receptor de trasplante se podría sentir de alguna forma identificado con su donante. Pero este estudio es uno de los muchos realizados.

La historia de Daryl y Jimmy en un histórico estudio sobre la posible conexión entre las personas trasplantadas y sus donantes

Un estudio publicado en 2002 por científicos de la Universidad de Arizona (EEUU) -titulado 'Cambios en los receptores de trasplantes de corazón que son paralelos a las personalidades de sus donantes'- detalló 10 casos de personas que percibieron algún vínculo con su donante. A pesar de los años transcurridos, muchos expertos hacen hincapié en este documento. Y es que los casos son muy llamativos.

El primero, el de Daryl, un niño de cinco años que describió cómo su donante, un niño de tres años llamado Thomas, al que llamaban Tim, murió tras caer por una ventana al intentar coger un juguete. El padre del receptor aseguró que su hijo, en un dato "espeluznante", acertó, ya sea a través de una "suposición afortunada", el modo en el que su donante perdió la vida, su edad y su nombre. A este caso también hay que sumar el de Jimmy, un niño de nueve años que recibió el corazón de una niña de tres años que falleció tras ahogarse en la piscina de su familia y que, tiempo después, presentaba pánico al agua, como indicó su madre.

A pesar de los numerosos casos, no hay evidencias de que un trasplante conlleve que el receptor se identifique con el donante

El estudio en el que participaron autores como Muhammad Imran indica que "la evidencia emergente sugiere que el trasplante de corazón puede implicar la transferencia de los rasgos de personalidad y recuerdos del donante al receptor, desafiando las opiniones convencionales sobre la memoria y la identidad". "Además, la red neuronal del corazón y la comunicación bidireccional con el cerebro respaldan el concepto de conexión corazón-cerebro en la memoria y la personalidad. Las observaciones de los procedimientos de hemisferectomía resaltan aún más la notable plasticidad del cerebro. Las cuestiones éticas y filosóficas sobre las implicaciones de la transferencia de memoria en los trasplantes siguen sin resolverse", precisan en el estudio.

Los autores subrayan que "la investigación interdisciplinaria es crucial para comprender las complejidades de la transferencia de memoria, la neuroplasticidad y la integración de órganos, y ofrece conocimientos sobre el trasplante de órganos y aspectos más amplios de la neurociencia y la identidad humana". No obstante, a pesar de estas conclusiones, que arrojan optimismo sobre la posible conexión entre receptores de trasplantes y sus donantes, numerosos expertos destacan que cada año hay cientos de miles de trasplantes, por lo que un 0,01% de casos hallados, similares a los mencionados, son anecdóticos y requieren un estudio mucho mayor, así como nuevas investigaciones. No hay evidencias concretas y sólidas de que un receptor se identifique por ende con su donante.

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