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Las plantas tienen una vida social muy activa: casos en los que se 'comunican'

Esto podría ser una tertulia de plantas sin que lo sepamos. Unsplash
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Las plantas son seres vivos fascinantes de los que realmente conocemos muy poco. Teniendo en cuenta que se estima que hay entre 2 y 7 millones de especies de plantas en nuestro planeta y que todavía nos faltarían por catalogar entre el 85% y el 95% de ellas, nos puede dar una idea de que son grandes desconocidos. Una de las capacidades que tienen es la de comunicarse, tanto entre ellas como con organismos de su entorno. Vamos a ver cómo lo hacen.

El lenguaje de las plantas

Al contrario de lo que pueda parecer, teniendo en cuenta que no interactúan con el resto del mundo como lo hacen animales y humanos, las plantas son seres sociales. No es que hablen, en el sentido humano de la palabra, aunque sí se pudo comprobar que las raíces de las plantas de maíz emitían un sonido constante a 220 hercios (inaudible para el oído humano) y en la revista Cell se contó que muchas especies de plantas diferentes emiten sonidos ultrasónicos para comunicar el estrés, pero la ciencia ha corroborado que tienen sus propios métodos de comunicación.

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En líneas generales, las plantas se comunican para varios propósitos, generalmente relacionados con su supervivencia y las de sus vecinas. No se cuentan qué tal ha ido el día o si ha sido buena la última fotosíntesis, sino que la información que intercambian suele tener que ver con aspectos como su crecimiento, defensa e interacciones con otros organismos.

Al estar fijas en el suelo, las plantas acaban siendo uno de los organismos que más necesitan comunicarse, casi de forma directamente proporcional a su inmovilismo. Como están expuestas a ciertos peligros y generalmente indefensas ante ellos, puede resultar crucial para su supervivencia la comunicación de situaciones de peligro, tanto las causadas por la competencia con otras plantas por los recursos, como la presencia de terceros peligros, incluyendo patógenos, animales herbívoros que las quieren de alimento, peligros climatológicos, etc.

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Diferentes formas de comunicarse

Dentro de las diferentes formas de comunicación que tienen las plantas, hay cuatro formas principales. La primera es a través de señales químicas enviadas mediante los llamados compuestos orgánicos volátiles. Se trata de un tipo de esencia denominado cairomonas, que emanan de sus flores, hojas y raíces. De este modo, pueden alertar en su alrededor sobre

“Si un insecto se alimenta de las hojas de una planta, esta liberará COV específicos para advertir a otras plantas próximas. Si una persona decide arrancar de forma cruel un trozo de una planta, entonces la planta emitirá su advertencia sobre el posible peligro a todas las plantas cercanas. Obviamente, una planta no puede levantarse y huir, por lo que el énfasis está en la defensa”, cuenta Ilaria Pertot, experta en el cultivo de plantas del Consejo Europeo de Investigación (CEI) de la Unión Europea.

Existe una gran variedad de COV, de tipos diferentes. Como sucede con el lenguaje humano, incluso podríamos considerar que hay idiomas distintos, ya que ciertas especies de plantas sintetizan COV exclusivos, lo que hace que no puedan ser traducidos por los receptores de otros tipos de plantas y que el secreto se mantenga dentro de la misma especie.

Las plantas también pueden comunicarse bajo tierra a través de sus raíces, y lo hacen a través de una de red fúngica en el suelo, compartiendo recursos e información en lo que se conocen como redes micorrízicas. Esta simbiosis subterránea se puede llegar a extender durante kilómetros, poniendo en contacto a una gran cantidad de plantas y hongos.

También puede haber una comunicación mediante señales eléctricas que las plantas envían a través de sus tejidos. Esto es un equivalente de los impulsos nerviosos que tenemos los seres humanos, pero en vez de viajar por los nervios y el resto del sistema nervioso, lo hace por las células y tejidos vegetales. Surgen como respuesta a una serie de estímulos provenientes del exterior que las plantas pueden captar, como luz, temperatura, nivel de humedad, índice de nutrientes, acidez del medio en el que estén plantadas, etc.

Además de ser el equivalente de nuestro sistema nervioso, estas señales eléctricas también pueden propagarse entre plantas, especialmente si están unidas mediante su sistema de raíces o existen hongos que actúen como mensajeros. Esto forma una red de comunicación que, curiosamente, ha acabado por conocerse como “wood wide web”, el Internet de las plantas. No solamente comparten información, sino nutrientes y agua, haciendo que prevalezca la supervivencia del grupo por encima de la del individuo.

Por último, existe la comunicación mediante exudados radiculares. Se trata de la liberación de sustancias químicas, pero en lugar de comunicarse entre ellas, es como un envío de mensajes con el suelo como principal destinatario. Aquí puede informar sobre temas como el crecimiento, el comportamiento e interacción de otras plantas, que puede que haya que inhibir de que sigan creciendo o estrategias de defensa contra otros organismos como insectos o animales.