Medio millón de satélites en 2037: cómo la carrera espacial privada, con SpaceX y Amazon, está transformando el cielo nocturno

Hay muchos satélites en el espacio exterior. Informativos Telecinco
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Mirar al cielo podría ser cada vez más difícil para los amantes de la astronomía y la fotografía espacial, las maravillosas imágenes de satélites que antes podíamos disfrutar ahora corren peligro de verse comprometidas. La proliferación masiva de satélites en órbita baja terrestre, que está dificultando la observación del espacio y el estudio científico de nuestro entorno cósmico.

Uno de los protagonistas de esta expansión es Elon Musk, cuyo proyecto Starlink lanza satélites sin freno, a esta carrera se suman gigantes como Amazon, en un movimiento que algunos científicos califican de trepidante y descontrolado. El resultado podría ser un colapso de satélites si no se regula la situación a tiempo.

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Para hacernos una idea, hace apenas siete años orbitaban unos 2.000 satélites alrededor de la Tierra, hoy, esa cifra ha aumentado a 15.000, creando lo que desde la Estación Espacial Internacional se ve como una maraña impresionante. Hace una década, un cielo nocturno limpio mostraba únicamente estrellas; hoy, los satélites brillan como puntos que dificultan la observación.

Y lo que viene es aún más preocupante: se espera que para 2037 haya medio millón de satélites, un estudio reciente alerta de que esta cantidad distorsionará la observación de los telescopios espaciales, limitando gravemente la capacidad científica. En el Hubble, por ejemplo, 4 de cada 10 fotografías estarán alteradas, y en otros telescopios el impacto podría llegar al 98 por ciento, dejándonos casi indefensos ante posibles asteroides u otros fenómenos celestes.

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Algunos proyectos incluso buscan reflejar la luz del sol con conjuntos de satélites que podrían iluminar una zona diez veces más que la luna llena. Esta tecnología, aunque espectacular, tendría un efecto colateral grave: borraría nuestras estrellas del cielo nocturno, alterando para siempre nuestra visión del cosmos.

En definitiva, mientras la carrera por colonizar la órbita baja terrestre avanza, el cielo que conocemos podría transformarse radicalmente, afectando tanto a científicos como a todos los que disfrutamos mirando las estrellas.