Descubren sedimentos con rastros de fuego fabricado por humanos de hace 400.000 años
En Reino Unido han hallado sedimentos que guardaban el rastro de hogueras encendida por neandertales
Los neandertales tenían capacidad para crear y comprender las pinturas, según una investigación de la UNED
Poner fecha de la invención del fuego. El momento exacto en el que nuestros antepasados aprendieron a dominarlo es algo que llevan estudiando durante décadas los arqueólogos y los expertos. Un estudio publicado en la revista Nature empuja esa frontera mucho más atrás de lo que se creía: hasta hace 400.000 años, a un rincón de Reino Unido donde han hallado sedimentos que guardaban el rastro de hogueras encendidas por neandertales.
La presencia de restos de este mineral, la pirita en un yacimiento del Reino Unido, es la clave de la conclusión. “Los neandertales más antiguos del continente europeo tenían capacidad para llevar a cabo esta tecnología tan sumamente compleja”, explica Juan Manuel Jiménez, profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada. Esta era su fisonomía y hace 400.000 años ya eran capaces de fabricar fuego.
La pirita, clave del origen del fuego
Además de la pirita son necesarios otros elementos: en primer lugar una clase de hongo que crece en los árboles. "¿Qué sale de ahí? Unas fibras que van a ser capaces de capturar la chispa que creemos”, señala Diego Martín, arqueólogo experto en arqueología experimental. Golpeando la pirita con sílex o con otra pieza del mineral generamos las chispas que trasladaremos al nido con sumo cuidado. Empieza entonces un proceso en el que este exp arqueólogo oxigena durante un par de minutos la brasa producida.
Así lo hacían nuestros ancestros 350.000 años antes de lo que pensábamos: “Significa poder defendernos del ataque de otros carnívoros”. Y ayudamos a desarrollar nuestro cerebro con la energía que antes destinábamos a digerir alimentos crudos.
“Permite el desarrollo del lenguaje. Se van a contar historias y el grupo se va a unir más”, recalca Diego Matín Puig, arqueólogo de Arqueodidat. Hasta llegar, poco a poco a lo que somos, gracias a quien supo crear chispazos para dominar lo que antes solo nos llegaba por azar.