Comienza la temporada de esquí: ¿hay este año más peligro de avalanchas?

eltiempohoy.es 02/12/2017 12:18

El aumento de las avalanchas en alta y media montaña es efectivamente uno de los efectos colaterales del cambio climático, aunque no toda la culpa es suya: el factor humano tiene mucho que ver. Y los incendios recientes en varias zonas de la geografía española, uno de esos factores, no hacen sino aumentar el potencial peligro.

Aún así, según nos explican, el cambio climático se lleva la palma en cuanto a las causas, ya que altera factores meteorológicos concretos. Es decir, hay más lluvias torrenciales y la temperatura global está sufriendo un aumento significativo, un cóctel letal para la seguridad de los esquiadores, sobre todo para aquellos que deciden salirse de las pistas principales. De hecho, la European Environment Agency ha lanzado hace unas semanas un aviso a todos los países miembros para que comiencen a tomar medidas al respecto.

En España, la competencia para desarrollar las políticas relacionadas con él corresponde a la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), un órgano dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Uno de sus últimos informes, titulado 'La Evaluación Preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio Climático', elaborado entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Universidad de Castilla-La Mancha, ha llegado a algunas conclusiones significativas.

A menos nieve, no menos aludes

El estudio deja muy claro que "el aumento de la torrencialidad puede provocar mayores deslizamientos superficiales y corrientes de derrubio, pero éstos se pueden ver exacerbados por los cambios de uso del suelo y un menor recubrimiento vegetal" y además advierte de que "el descenso de la precipitación nival no implicaría necesariamente una reducción de los aludes, aunque se esperan en menor extensión geográfica".

Es decir, a pesar de la sequía que sufre todo el país (o precisamente por ello), los esquiadores deben poner especial atención a la mayor cantidad de tormentas ocasionales pero torrenciales que puedan gestarse en relativamente poco espacio de tiempo.

¿Por qué es más peligroso que llueva de golpe? "Porque la infiltración del agua en la ladera y el consiguiente aumento de las presiones en los poros y juntas del terreno reduciendo la resistencia del terreno y favorece el deslizamiento". Esto sucederá este invierno sobre todo en la Cornisa Cantábrica y cuenca norte del río Duero, además del arco mediterráneo, Pirineos incluidos, donde las lluvias torrenciales son ya de por sí más usuales.

El retroceso de los glaciares, otro factor importante

Las cimas más altas están además amenazadas porque en ambientes alpinos el retroceso de los glaciares provoca el deslizamiento de laderas, la caída de piedras y las avalanchas de hielo. ¿Por qué se produce? La razón está en que la sección inferior de la capa de nieve se derrite primero haciendo que la parte superior sea menos estable.

Por poner un ejemplo internacional, el aumento de la temperatura global ha reducido un cuarto el área total de glaciares en Nepal, provocando inundaciones, avalanchas y deslizamientos de tierra más fuertes y con mayor frecuencia. Lo mismo ha ocurrido en los Andes, donde se estima que el cambio climático ha derretido en un 30% la superficie de los glaciares.

Atentos al factor humano

Con todo, como ya hemos dicho, el hombre influye también mucho en la inestabilidad en las laderas. ¿Cómo exactamente? "Con pérdidas en la red de abastecimiento de aguas o en la de alcantarillado, alteraciones en la cobertura vegetal o cambios en el tratamiento o manejo del terreno. Es decir, talas masivas de superficie arbórea, desarrollo de pastizales, excavaciones o minas)".

Concretamente, los montañeros y esquiadores deberán un especial cuidado en zonas (del norte sobre todo) afectadas recientemente por incendios. Asturias, Cantabria y Galicia tienen en la nieve y las lluvias que caigan ahora sobre las cenizas y los bosques arrasados un potencial aliado de los aludes mortales.