El antes y después de La Palma: lo que ven los satélites de la NASA desde el espacio

Antes de que el volcán de La Palma entrara en erupción el 19 de septiembre de 2021, el flanco occidental de la isla estaba salpicado de casas, caminos, piscinas y cultivos. Después de que los flujos de lava de movimiento lento se abrieran paso por el pequeño pico volcánico en las Islas Canarias durante meses, partes de La Palma ahora parecen más un paisaje lunar que un paraíso tropical. Así han visto el antes y el después los satélites de la NASA desde el espacio.

El Operational Land Imager (OLI) en Landsat 8 capturó este par de imágenes en color natural que muestran cuán drásticamente han cambiado las áreas de Todoque y El Paraíso. La primera imagen fue adquirida el 21 de mayo de 2021; el segundo muestra la misma área el 15 de diciembre de 2021, informa la NASA.

Lo que el volcán de La Palma se llevó

Las casas aparecen como pequeños rectángulos blancos; muchos de los rectángulos blancos y grises más grandes son invernaderos que se utilizan para cultivar bananas. Los restos oscuros de un flujo de lava de una erupción de 1949 atraviesan el tercio inferior de ambas imágenes.

Los lentos flujos de lava han causado enormes daños a hogares, infraestructura y tierras de cultivo. Algunas áreas que no fueron invadidas directamente por lava han sido cubiertas de ceniza. Según una actualización de mediados de diciembre del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, la erupción ha destruido al menos 1.600 edificios. La lava ha consumido al menos 12 kilómetros cuadrados de tierra, incluidos al menos 4 kilómetros cuadrados de cultivos. Las estimaciones iniciales dicen que la erupción ha causado al menos 550 a 700 millones de euros en daños.

Después de tres meses de vigorosos flujos de lava y actividad explosiva, hay indicios de que la erupción podría estar terminando. El 14 de diciembre, los geólogos del Instituto de Vulcanología de Canarias (INVOLCAN) notaron un fuerte descenso en la actividad sísmica; La actividad explosiva, las emisiones de dióxido de azufre y los flujos de lava también disminuyeron. Si bien la actividad podría recuperarse, diez días de inactividad llevarían a las autoridades científicas locales a declarar el fin de la erupción, según Canarian Weekly.