Se acabó el misterio del Oumuamua

Informativos Telecinco 04/02/2019 23:59

Su extraña y peculiar forma alargada, las grandes variaciones en el brillo que presenta, la reflectividad de su superficie, sus cambios de velocidad y su giro caótico han terminado por generar una gran expectación y una gran incertidumbre a su alrededor, con numerosos astrónomos afanados en clasificar el objeto desde el razonamiento y la explicación científica. Sin embargo, con Oumuamua siempre había algo que no encajaba.

No en vano, el nombre que recibe, de origen hawaiano, significa ‘llegado el primero desde lejos’, dando cuenta con ello de la relevancia del descubrimiento y las incógnitas que traía consigo.

Ahora, dedicado a la difícil empresa de encontrar una respuesta que se ajuste a los datos observados, recogidos y recopilados hasta el momento, ha sido Zdenek Sekanina, astrónomo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, quien se ha entregado a la compleja causa de aportar definitivamente una solución válida para el enigma.

Oumuamua, un fragmento de un exocometa

Y al parecer, apoyándose en teorías y trabajos de compañeros previos, parece haber llegado a una conclusión: Oumuamua sería parte de los restos de un exocometa que se desintegró antes del perihelio; su paso más cercano al Sol.

El científico, que lleva casi 40 años de su vida dedicado al estudio de meteoros, cometas y polvo interestelar, está convencido de que Oumuamua es en realidad un fragmento del objeto que inicialmente ingresó a nuestro sistema a principios de 2017.

Según sostiene, basándose en la investigación previa de John E. Bortle, otro famoso astrónomo que defendía que los cometas débiles en órbitas casi parabólicas que los acercan a más de 1UA (unidad astronómica) del Sol, probablemente se desintegran repentinamente poco antes de llegar al perihelio, todo indica que en algunos casos, hay fragmentos que se pueden quedar atrás.

En este sentido, sostiene Sekanina, el fragmento sería un “agregado desvolatilizado de granos de polvo sueltos que pueden tener forma exótica, propiedades de rotación peculiares y una porosidad extremadamente alta”, encajando así con los detalles recogidos hasta ahora sobre Oumuamua.

Más allá, atendiendo a todas las investigaciones que apuntaban que, a diferencia de los pequeños asteroides y discos planetesimales, Oumuamua presentaba un giro caótico, Sekanina explica que esto podría ser resultado, precisamente, de la desintegración del objeto original.

En este sentido, comparando dos cometas que se desintegraron al alcanzar su paso más cercano al Sol (C / 2017 S3 y C / 2010 X1), desencadenando con ello un evento explosivo y la liberación de un “polvo esponjoso”, Sekanina deduce que en el caso de Oumuamua no se debió producir desgasificación y estaría sujeto a los efectos de la presión de la radiación solar, lo que concuerda, una vez más, con las investigaciones realizadas hasta la fecha: en este caso, con la señalada por Avi Loeb, de la Universidad de Harvard y el Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica (CfA), que defendía que la aceleración de Oumuamua al salir del Sistema Solar no podía atribuirse a la desgasificación.

De hecho, de presentar materiales volátiles como un cometa en su composición, indican, Oumuamua hubiera experimentado desgasificación al acercarse al Sol, y habría sido visible cuando se detectó, algo que no sucedió así.