Su llegada ha sido sorprendente, la tortuga laúd (Dermochelys Coriacea) mide dos metros de largo y pesa 700 kilos, son las más grandes que existen. Los reptiles de estas características son propios de climas tropicales y subtropicales, especialmente de áreas de América del Sur.
Pero hay malas noticias: la tortuga llegó muerta a la playa. Los científicos aún no le han hecho la necropsia, pero las primeras hipótesis dicen que puede haber muerto por ingerir plásticos. El reptil ha podido confundir estos materiales con medusas, su alimento habitual.
Pero no es la primera vez que ocurre. A principios de este mes, unos pescadores de Vilanova i la Geltrú fueron sorprendidos por otra similar. La tortuga se enredó en sus redes y la capturaron sin darse cuenta. Los biólogos del Mediterráneo han informado de que es algo increíble: “no se han avistado más de diez en 2.000 años”.
Los expertos están desconcertados porque ya se han visto 2 en menos de un mes. “Podríamos tener la gran sorpresa de hallar en el Mediterráneo una zona de anidamiento de tortugas laúd”, ha explicado Pere Alzina, biólogo de Arenys de Mar.