Los pastores de San Fermín: los héroes invisibles del encierro
Cada vez más corredores inexpertos que vienen atraídos por las redes llegan a los San Fermines
Vídeo del cuarto encierro en San Fermín: los Victoriano del Río corren agrupados, veloces y sin heridos por asta
El cuarto encierro de los Sanfermines ha sido tan rápido como limpio. En apenas 2 minutos y 19 segundos, los toros de Victoriano del Río han recorrido las calles de Pamplona unidos, sin derrotes y sin incidentes graves. Mientras las cámaras siguen a los corredores, hay un grupo esencial que trabaja desde las sombras: los pastores.
Se trata de un equipo de diez personas, organizadas por relevos cada cien metros, cuya misión es guiar a los toros con rapidez hasta la plaza y tratar de imponer algo de orden en el caos habitual del recorrido. Su labor es cada vez más difícil ante una carrera marcada por la masificación y el nerviosismo. Con una afluencia creciente y muchos corredores inexpertos, la tensión en el recorrido va en aumento.
Ángeles de la guarda del encierro
Buena parte del peligro lo generan quienes se saltan las normas. Algunos participantes, más preocupados por grabar vídeos o hacerse fotos que por correr, se convierten en un riesgo para sí mismos y para los demás. La búsqueda de impacto en redes sociales ha sustituido en muchos casos al respeto por el encierro y su tradición.
Los pastores intentan mantener la seguridad en esas situaciones, pero no siempre es fácil. La velocidad de los toros exige que quienes participan tengan preparación física, no todos los corredores pueden mantener el ritmo, y muchos acaban amontonados en los costados, generando situaciones de peligro.
A pesar de todo, los pastores cumplen su labor con discreción, firmeza y experiencia. Son los ángeles de la guarda del encierro, imprescindibles cada mañana en San Fermín, aunque casi nunca ocupen los titulares.
