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Lorenzo Silva reúne 40 años de relatos en su nuevo libro: “La poesía de Robe me ayudó a iluminar a mis personajes”

Lorenzo Silva 2025
Lorenzo Silva en la pasada Feria del Libro. GETTY IMAGES
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MadridEl arte de hacer las cosas por hacer, sin pensar en los resultados o sin que eso pueda llevar a ningún desenlace inspira el título de ‘Afanes sin provecho’ (Destino), el nuevo volumen de relatos del novelista Lorenzo Silva (Madrid, 1966). 

El libro recoge 25 relatos escritos a lo largo de 40 años, “una miscelánea”, en palabras del autor, que habla de “gente que hace esfuerzos que a veces no tienen provecho pero que ahí están”. Entrevistamos a Silva sobre un puñado de historias a la altura de la mejor literatura de un autor que nunca deja indiferente al que lo lee. 

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¿Es la propia literatura un “afán sin provecho”?

Puede ser para muchos autores: para unos porque no encuentran lectores y para otros porque los encuentran después de muertos, que eso pasa mucho. Ese fue el caso de Kafka, que, pese a publicar en vida, nunca llegó a conocer su verdadera dimensión como escritor en vida. Es un poco como la propia vida, que también tiene el mismo desenlace para todos y que muchos podrían considerar un “afán sin provecho”.

¿Cómo surge esta compilación de relatos? ¿Cuál ha sido la génesis?

Cada cierto tiempo, hago examen de conciencia y pienso en los relatos que tengo por ahí desperdigados. A veces pienso, ‘oye, igual tengo ya los suficientes como para recopilarlos y hacer un libro’. Eso sí, siempre intento que tengan algo en común entre ellos. Aunque puedan ser heterogéneos, que haya un nexo. 

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¿Cuál sería ese nexo?

Hablan de personas que hacen esfuerzos. Esfuerzos enormes en los que invierten la vida, ajenos a ese criterio de rentabilidad que a todos nos ha incrustado en el cerebro la sociedad turbocapitalista en la que vivimos... En un relato aparece una guardia civil que persigue a depredadores sexuales cibernéticos y que es consciente de que es como intentar atrapar el mar, que aunque coja a alguno se le van a escapar muchos… En otro relato salen los comuneros que lucharon por sus ideas y de los que muchos acabaron mal…

Hay relatos tuyos del año pasado pero también de tus inicios…

Sí, hasta tal punto que en el libro figura mi primer relato, ‘Boceto de muchacha al atardecer’, que escribí con 18 años. Es la mirada de una mujer, a la que le toca vivir el lado chungo de la historia, pasar por este mundo sin suerte, como a tantas personas en la España del siglo pasado. Representa mi manera de ver la vida y mi gusto por los personajes que quedan en los márgenes, ahí donde no mira nadie. 

También hay algún relato autobiográfico, algo que es una rareza en tu obra…

Sí, a mí no me gusta la literatura autobiográfica porque creo que el oficio del novelista es más gratificante cuando te acercas a historias ajenas porque aprendes más. Pero a veces te pasan cosas que te enseñan algo de una forma singular y que piensas que pueden aportarle algo a otro. Por eso he incluido varias, desde una historia de amor hasta la pérdida de mi madre, que es una de las peores cosas que te pueden pasar en la vida.

Como escritor has cultivado mucho la novela negra y aquí hay también ‘thriller’ en entorno tecnológicos. ¿Estamos metidos con las redes sociales en una trama de misterio a diario?

Sí, porque las redes sociales, por ejemplo, dan forma a un país alternativo en el que vivimos todos y en el que no hay leyes. Es un país gobernado por personas sin escrúpulos con el único fin de ganar dinero. Para ello pasan por encima de todos nuestros derechos: la integridad personal, la privacidad, la dignidad, la protección de la infancia… Es como el salvaje oeste, un territorio virtual que, encima, cuenta con valedores como Donald Trump. Diría que es el lugar natural del ‘thriller’ del siglo XXI.

Hay incluso tres relatos en forma de ‘chat’ que forman parte de un proyecto que hiciste hace unos años y que no llegó a ver la luz. Los incluyes al final, como una especie de apéndice

Me había olvidado de ellos pero cuando los releí decidí, junto con mi editora, publicarlos. Eso sí, me apetecía separarlos un poco porque los lees y parecen casi teatro, son tres historias que podrían perfectamente representarse sobre un escenario. El ‘chat’ es una forma contemporánea del lenguaje dramático. Lo vemos mucho en las transcripciones que forman parte de las causas judiciales y donde se habla del “putero” o del “guapo”. Son conversaciones de personajes enfrentados a situaciones dramáticas, envueltos a veces en actos delictivos… Los ‘chats’ del teléfono nos permiten conocer la verdadera historia de la gente, verla tal y cómo es. 

Pura actualidad. Como actualidad es también, aunque esta sea trágica, el fallecimiento de Robe Iniesta, cantante de Extremoduro. De una canción suya, ‘Del tiempo perdido’, rescatas unos versos para el inicio del libro

Para mí Robe ha sido muy importante a nivel personal. Me ha ayudado mucho en mi literatura, permitiéndome iluminar a mis personajes. Además, me parece que es una figura literaria grandiosa. Un poeta enorme: ya quisieran muchos poetas dar en toda una vida con alguna de las imágenes tan potentes que Robe nos ha dejado. Tras su fallecimiento estuve escuchando algunas de sus canciones y para mí hay muchas que están a un nivel impresionante.