La actriz australiana convenció a los productores de que no tenía mucho sentido que Jane (la novia de Tarzan, papel que ella interpreta) estuviera delgada. “Es el siglo XIX, si ella está algo más rellenita, es mejor” explicó la interprete, según recoge ‘World Entertainment News Network’.
Sin embargo, también confesó a los medios que otro de los motivos por los que no quería someterse a una dieta estricta era la enorme cantidad de pubs que hay en Londres, ciudad donde se rodó la película. Tal y como aseguro Robbie, era la primera vez que estaba en la capital británica y quería probar “cada uno de los pubs de la ciudad”. Así que, así lo hizo: todos los días, después de las duras jornadas de rodaje, la actriz salía a tomarse una buena pinta.
Pero no tuvo tanta suerte Alexander Skarsgard, quien interpreta a Tarzan en el largometraje. Para lucir unos increíbles abdominales, el actor tuvo que someterse a una dieta estricta que no le permitía tomar ni azúcar ni grasa.