Hablando de guitarras con Pancho Varona: "Es lo mejor que me puedes regalar y casi nadie lo hace"

  • "Nunca me han hecho una entrevista hablando solo de guitarras", confiesa el mús

  • El compositor y músico compañero de conciertos de Joaquín Sabina confiesa tener unas 30 o 35 guitarras

  • Hace unos días comentó en twitter que se iba a deshacer de alguno de sus instrumentos, aunque ahora no lo tiene claro

"Debo tener unas 30 o 35 guitarras y unos diez amplificadores, no los he contado", confiesa Pancho Varona (Madrid, 1957). El compositor y músico comentó hace unos días en redes sociales que se estaba planteando deshacerse de algunos de sus instrumentos y, aunque lo hizo para "tantear la respuesta de sus seguidores", el anuncio llamó tanto la atención que en NIUS hemos querido comentarlo con él, para hablar no tanto de su música como de esas "compañeras" de vida que tiene repartidas por distintos sitios y de las que habla con entusiasmo.

"Nunca me han hecho una entrevista hablando solo de guitarras", confiesa divertido Varona, que en los 39 años que lleva acompañando a Joaquín Sabina de concierto en concierto, canción a canción, se las ha visto muchas veces con la prensa. "Llevamos juntos más de 3.000 conciertos, toda una vida". Pero la novedad, "hablar solo de sus compañeras de vida", le entusiasma, porque Varona es un enamorado de las Fenders, las Gibsons, las acusticas, clasicas y electricas.

El artista confiesa sin pudor encapricharse todos los días de una guitarra nueva: "Entro en internet o paso por un escaparate y pego la nariz como un niño en Navidades. Cuando veo una que me gusta enseguida la quiero pero luego pienso Pancho, ¿estás loco?, ¡qué tienes muchas!", ríe el compositor de unos cien temas de Joaquín Sabina.

Pancho, ¿estás loco?, ¡qué tienes muchas!

Precisamente Sabina, su compadre, su amigo, es de las pocas personas que le ha regalado uno de esos 30 o 35 instrumentos que atesora. "Me había regalado una acústica y un día me pidió que le comprara una clásica a él y otra para mi", explica contento. Una guitarra regalada por el artista que considera una de sus intocables, como otra clásica española que le regaló su amiga Marian. "Le tengo mucho cariño" y confiesa: "Lo mejor que me puedes regalar es una guitarra y casi nadie lo hace".

Instrumentos que tiene repartidos allá donde los necesita. En un "cuartito" de su casa; en las salas de grabación; en la nave donde prepara la próxima gira de Viceversa, (su grupo inicial que vuelve a los escenarios dentro de poco), pero "se donde están cada una, las tengo localizadas", asegura.

Las favoritas

De todos esos instrumentos que posee Varona tiene favoritos. Son, explica, los que han compartido con él vida, carretera, experiencias y canciones.

Como la primera acústica que se pudo comprar cuando tenía unos 14 años: "Es una historia muy bonita, fue la primera de la que me enamoré. Para ganar algo de dinero empecé a dar clases a la prima de un amigo y como andaba pelao se la acabé vendiendo. Hace unos ocho años mi amigo me llamó y me dijo que su prima tenía la guitarra y que si la quería recuperar. ¡Claro que quiero!, le dije enseguida. Y ahí la tengo. Mi primer amor volvió conmigo, una Framus acústica

Varona habla de sus guitarras por marcas y aclara sus cualidades como quien habla de una obviedad.

"Colecciono marcas buenas y míticas, es decir Fender y Gibson. Me gusta tener de las dos aunque son marcas rivales. Todos los guitarristas hemos soñado desde niños con tener alguna de estas. Unas son mejor para rock como la Telecaster (Fender) otras son mejor para hacer otro tipo de música. De Gibson me gusta las Les Paul. Cada una tiene su espacio. Si me tengo que llevar un bajo me llevo un Fender Jazz Bass, aunque ahora me acabo de comprar un Gibson SG".

Su última adquisición es un bajo de cuatro cuerdas de escala corta. "Es un tipo de bajo no tan grande como los normales, para manos pequeñas. Lo compré para la gira de Viceversa. Para cantar y tocar el bajo necesito uno cómodo, pequeñito. Así que me compré un bajo parecido al de Jack Bruce (bajista del grupo Cream), un Gibson SG Standard, y yo me decía, es que no me queda otro remedio", ríe Pancho y aclara que podría haber practicado con uno de los grandes que ya tiene pero que no pudo evitar comprarse uno nuevo porque tiene la forma de la guitarra con la que soñaba cuando era un crío."Yo tenia un disco llamado The Guitar Album y en la portada venia la foto de ese bajo, ese disco lo oía en mi casa con 12 años, pues 50 años después por fin lo tengo".

Aunque matiza Pancho que sus preferida para ir de gira es sin dudarlo una acústica Gibson J-45. "Me gusta porque es una guitarra muy fiable en directo. Nunca me ha fallado. Nunca me ha dejado en la estacada. No hace falta ponerle ningún pedal ni nada para que suene maravillosamente bien. Me he acostumbrado tanto a ella y da tan pocos problemas en directo que compre otra por si acaso", explica.

Tiene Pancho la costumbre de tener repetido todo lo que le gusta mucho, instrumentos o no. Confiesa que atesora una doble colección completa de los comic de Asterix o varios ejemplares de la obra Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, "no sea que se pierda alguno".

La única guitarra a la que le puso nombre desapareció

Ese miedo a perder el objeto amado tiene su explicación, hace unos años desapareció su guitarra Alicia. Era una Fender Stratocaster Fender Stratocasterque había dejado a la cantante Cristina Rosenvinge "alguien se la quitó a la pobre", comenta compungido. Desde su pérdida no ha vuelto a darle nombre a un instrumento. "La compré para poner música a unos poemas de Lewis Carroll (escritor de Alicia en el País de las Maravillas) de ahí que la llamara Alicia".

Varona no les pone nombre pero las conoce a todas a la perfección. "Podría saber si son las mías no tanto por su sonido sino por sus peculiaridades, si tienen un desconchado en el mástil, una clavija distinta, están más gastadas por un lado u otro... Lo que nunca haría, confiesa, es decorarlas con pegatinas. No le gusta tampoco las firmadas, claro que tras pensarlo un poco matiza. Solo le gustaría si fueran firmas de los músicos Bob Dylan, Keith Richards o Paul Mc Cartney. "Entonces sí que las guardaría como un tesoro", ríe.

Las antiguas son los muebles más bonitos de mi casa

Y volviendo a si se acabará deshaciéndose de alguno de sus amores matiza. "De las antiguas, las más usadas y que más quiero, nunca. Son los muebles más bonitos de mi casa. Pero hay algunas que tengo por un capricho, unas ocho o así que las ví y las compré para luego no hacerles caso. Prefiero un amor conocido. Esa nueva que te llama la atención por su belleza luego no me dice nada", aclara y concluye. "Tengo que hacer una lista de las que más aprecio a las que menos". Pero eso será algún día, ya veremos cuando porque antes de despedirnos matiza "me cuesta deshacerme de los objetos que quiero", y no hay nada inanimado que Pancho Varona quiera más que a una guitarra.