"Si la historia está ahí, tienes que sacarla"

CRISTINA GONZÁLEZ 03/06/2010 00:00

¿'Encuentros en Bonaval' es un homenaje al periodismo y a Santiago de Compostela?

Es una novela en la que la protagonista es la ciudad de Santiago. Allí se entrelazan todas las historias que forman el argumento pero también es un homenaje a nuestro oficio, al periodismo de hoy en día recuperando la memoria de hace 10 o 20 años. Esta profesión ha dado un cambio brutal en los últimos años y me apetecía recuperar esa memoria.

¿Lo suyo con Santiago es un amor platónico?

Algo de eso hay. Es una ciudad que he visitado desde bien niña. Santiago te reconforta mucho frente a un mundo que crece tan desordenado, donde parece que todo es construible y que no hay ni orden ni concierto, Santiago de Compostela sigue siendo pasado, es presente pero también será futuro. Las piedras te recuerdan la historia milenaria que descansa sobre la ciudad.

¿Y con el periodismo?

El periodismo ha perdido parte de la bohemia que los que ahora lo ejercemos hemos imaginado. Pienso en el periodista de hace quince años enviando crónicas desde una cabina en la calle o en una redacción donde hubiera máquinas de escribir con rodillo. Ví remotamente ese periodismo cuando empecé a trabajar en una pequeñísima agencia. El periodismo de hoy en día premia al primero pero no siempre al mejor. El periodismo está necesitado de parsimonia, de análisis y de no ir tan deprisa y pasar por las noticias como si tuvieran fecha de caducidad. Me apetecía recrear el periodismo de finales de los 70 y principios de los 80, cuando esta profesión hacía historia cada día. En este país ocurrieron hechos muy importantes y el periodista estaba allí haciendo historia.

¿Es difícil pasar de la crónica y el reportaje a la literatura?

Es difícil pero no queda más remedio que conjugarlo. De las letras no se vive y, en cambio, del periodismo sí. En un periódico, no tendría la necesidad de escribir. En la televisión, escribimos todo muy corto, muy condensado, dando ideas en titulares. Tengo esa carencia de escribir, de recrear y de evocar historias.

¿Cuánto hay de autobiográfico?

Tiene de autobiográfico el escenario y la profesión a la que la niña se quiere dedicar. No ha pretendido ser autobiográfico aunque es muy difícil despegarte de tus vivencias y recuerdos cuando te pones a escribir. No pretendió ser autobiográfica, aunque hay mucho de mí.

¿Qué le da la literatura que no le dé el periodismo?

Libertad. Cuando uno se pone a escribir sin un jefe, sin la dictadura del tiempo, sin la necesidad de dirigirte con una escaleta... Te sientes más libre. El proceso creativo es uno de los momentos más maravillosos del que escribe. Te sientes libre sin las ataduras de los jefes, del tiempo o del rigor de la actualidad.

¿Cómo llegó Mariana?

Primero surgió el personaje del cazador de pensamientos que es el elemento mágico de la novela. Surgió observando Santiago de Compostela. La ciudad es como un gran escenario de personajes y allí se me ocurrió que por qué no iba a haber un cazador de pensamientos en la Plaza del Obradoiro o en la Plaza de la Quintana. A partir de ahí, empecé a recrear esa historia y pensé: ¿te imaginas esto publicado en un periódico? De ahí, surgió la novela.

¿Cómo compagina una profesión como el periodismo?

Robándole muchas horas a la noche, a la madrugada y a los fines de semana. Cuando tenía la idea muy clara y sabía cómo iba a empezar, cómo iba a acabar y cómo iba a entrelazar los personajes, escribir fue una necesidad. Sacas tiempo de donde no lo hay. Es un ejercicio de cierto sacrificio pero si la historia está ahí, tienes que sacarla.

Encuentros en Bonaval es su tercera novela, ¿consolidación como escritora?

Eso lo dicen las editoriales. Lo único que siento, es que con la tercera novela me he demostrado, sobre todo a mí misma, que esta locura de escribir no era tan locura si no una necesidad. De esta novela me siento más orgullosa. De las tres, es probablemente la más completa, la que más tiene de mí y la que fabula con los ingredientes que más me gustan: Galicia y el periodismo.

Este fin de semana tuvo un encuentro con los lectores en la Feria del Libro, ¿se siente vértigo al encontrarse con la otra parte?

Sí. Siempre he estado del otro lado. Comprando libros o viendo autores y siempre envidiándolos. De repente te ven allí con los lectores que te piden incluso que le convenzas para comprar tu libro. Sientes un vértigo tremendo aunque ha sido una experiencia muy gratificante.

Y ahora un juego sin desvelar la historia de 'Encuentros en Bonaval' para aquellos que no han leído aún la novela. Le voy a leer

cinco frases del libro para que me diga que significan para Sonsoles Ónega:

1. Nada es lo que parece salvo la soledad. 3. Al periodismo hay que llegar con vocación de pasar hambre y echar horas.

Todos estamos un poco solos y desde luego los personajes de esta novela están muy solos y buscan rendir cuentas con su pasado. Buscan sobre todo su verdad.

2. Qué me dice si le digo: Escribidor de periódicos

Pienso en mis antepasados y en el oficio más bonito del mundo.

La realidad pura y dura.

4. La realidad se acaba imponiendo.

La realidad se acaba imponiendo siempre y más hoy en día. Ya no hay ficción, no hay fabula, nos cuesta mucho imaginar, nos cuesta mucho contar un cuento... La realidad se impone.

5. Sin que nada ni nadie pueda impedirlo.

Lo puede impedir la realidad.