Proponen el traje de flamenca como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

  • La asociación Qlamenco ha iniciado los trámites pertinentes para dicho reconocimiento

  • Defienden que el traje de flamenca y sus accesorios son imagen de España ante el mundo

  • El coronavirus ha hundido a diseñadores y artesanos de la industria de la moda flamenca

La industria de la moda flamenca, una de las que mayor proyección internacional tiene, vive sus peores momentos a raíz de la pandemia de coronavirus. Sin ferias ni romerías, los diseñadores y artesanos han visto cómo su actividad y, en consecuencia, sus ingresos se han reducido a cero.

A pesar de que pasarelas como Simof o We Love Flamenco les han dado visibilidad, su situación sigue siendo bastante crítica. Ante tanta incertidumbre y con un futuro bastante oscuro, el presidente de Qlamenco, Pedro González, ha anunciado que han comenzado los trámites pertinentes para la consideración de la moda flamenca y su artesanía como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Las empresas integrantes de Qlamenco, Adelina Infante, Ana Morón, Antonio Gutiérrez, Atelier Rima, Carmen Latorre, Carmen Vega, De lunares y volantes, Francisco Tamaral, Fina Estampa, Gil Ortíz, Javier García, Javier Jiménez, José Galván, Juan Foronda, Loli Vera, Luis Fernández, Miriam Galvín y Yolanda Rivas, creen que el traje de flamenca y la artesanía que conlleva son susceptibles de ser considerados como tal.

Motivos por los que el traje de flamenca debería ser Patrimonio de la Humanidad

Desde la asociación Qlamenco consideran diversos aspectos. En primer lugar, el traje de flamenca y sus accesorios se conforman no sólo como imagen de Andalucía sino como la imagen de España ante el mundo. No existe un visionado de la cultura española que no reseñe el traje de flamenca como imaginario cultural de nuestro país.

Además, el traje de flamenca y sus accesorios en su lenguaje se ha convertido en un estilo icónico de la moda internacional. El lenguaje del flamenco se alza como un estilo reiterado en sus formas y principios a lo largo de la historia de la moda.

El traje de flamenca comenzó su andadura iconográfica y formal a partir del siglo XIX desde la evolución del vestido popular festivo de las mujeres gitanas que comercializaban con sus familias sus productos artesanales y productivos. La fusión entre las líneas populares y la indumentaria burguesa originó un modelo de indumentaria, el traje de flamenca, que configuró un prototipo que se extendió a todos los festejos populares de la comunidad andaluza.

Además, el proceso de internacionalización visual del traje de flamenca y sus accesorios se origina a partir de las corrientes orientalistas y románticas que buscan la originalidad de tipos e imágenes propias de su sensibilidad. Desde sus inicios, el traje de flamenca ha sincretizado su vinculación a las tendencias de la moda urbana y la alta costura. De este modo, el traje de flamenca comienza su evolución estilística hasta nuestros días.

El traje de flamenca extiende y guarda profesiones artesanales idiosincráticas de la comunidad andaluza que son propias y características de sus prototipos. El bordado manual andaluz, la aplicación de manualidades de cuero, la realización artesanal del flecado y mantoncillos, el diseño y la fabricación de accesorios, como zapatos, flores y joyas, conforman un conjunto estético incuestionable por ser reconocible e icónico.

El traje de flamenca, denominado también traje de gitana, es moda flamenca y por lo tanto no entra en la nomenclatura del flamenco como parte integrante del mismo. El vestido utilizado en el baile flamenco no tiene nada que ver con el traje de flamenca o gitana, si bien proceden de la misma raíz estética.