Borja-Villel ha explicado a Efe que su petición es sólo "material de trabajo" porque aunque envió hace una semana ya al director del Prado, Manuel Zugaza, su relación, el patronato de la pinacoteca debe pronunciarse también al respecto.
El Reina Sofía y el Prado establecieron a mediados del mes pasado un acuerdo para que algunas de sus obras estén en préstamos temporales en el centro de arte contemporáneo, aunque respetando "la ley que regula la separación de colecciones", el decreto de 17 de marzo de 1995 que sitúa la frontera cronológica entre ambas en el año del nacimiento de Pablo Ruiz Picasso, 1881.
Los grabados pedidos, según ha detallado Borja-Villel, son siete de la serie de Los Caprichos -un total de 80-, cuatro de Los Desastres de la Guerra, y uno de Los Disparates.
De Los Caprichos, los grabados seleccionados por el Reina Sofía son "El sueño de la razón produce monstruos", "El sí pronuncian y la mano alargan al primero que llega", "No hubo remedio", "Los chinchillas", "Hasta la muerte", "Nadie se conoce" y "Si sabrá más el discípulo".
De los 65 aguafuertes de Los Desastres de la Guerra, los elegidos por Borja-Villel, en coordinación con conservadores y expertos, son "¿Qué alboroto es este?", "Para eso habéis nacido", "Tan poco" y "Enterrar y callar", mientras que de los 20 de Los Disparates, ha seleccionado "Disparate de Carnaval".
Goya estará pues, de aceptarse esa petición, en el nuevo discurso de la colección permanente diseñado por Borja-Villel, 6.000 metros de exposición que se abrirán a finales de mayo.
El acuerdo de colaboración entre el Reina Sofía y el Prado podría extenderse a obras de otros autores, y será recíproco, lo que significa que también el Reina Sofía podría prestar al Prado algunas suyas.