¿Por qué el culo de las botellas de vino está metido hacia dentro?

El diseño de las botellas de vino tienen un porqué
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MadridAlrededor de la cultura del vino hay muchos detalles que suelen pasar desapercibidos, pero que tienen un motivo claro para su existencia. Hay rituales que se repiten cada vez que se abre una botella de esta bebida, como la necesidad de dejar que el vino respire, que pueden parecer banales a quienes desconocen los motivos por los que se hacen estas cosas, pero que tienen todo el sentido entre aquellos que aman la enología. 

Cada vez es más frecuente que estos pequeños gestos, que antes solo comprendía un pequeño grupo de personas, se extienda gracias a que cada vez hay más gente interesada en comprender cómo funcionan las cosas. Esto hace que surjan nuevas dudas, que se quiera seguir aprendiendo, distinguiendo las cosas que se hacen por tradición de aquellas que continúan teniendo una razón de ser o de las que no dejan de ser ‘postureo’. 

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Esto hace que nos preguntemos cuál es el motivo para que las botellas de vino tengan esta forma. En este caso no se hace referencia a la forma de la botella en sí (que, al fin y al cabo, tiene forma de botella), sino al pequeño detalle que tienen en su parte inferior, aquella que apoyamos en la mesa y que está metida hacia dentro. ¿Existe un motivo para ello o es una mera cuestión de estética?

Por qué el culo de las botellas de vino está metido hacia dentro

La forma convexa que las botellas de vino tienen en su parte inferior no es una cuestión estética, de hecho tiene hasta nombre:  se llama picada. Antiguamente, la fabricación de las botellas de vidrio era artesanal y para los sopladores era más complicado hacer un fondo liso. Se dice que dejar este fondo curvo hace que el punto por el que se ha soplado la botella para darle forma no quede expuesto. Al cerrarse el agujero quedaba una ‘cicatriz’ que podía dañar la superficie sobre la que se dejaba. 

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También hacía más inestable la botella, por lo que este diseño curvo, que hace que la base sea más pesada, además de proteger las superficies, suma estabilidad a la botella, lo que hace que sea más complicado que se caiga. 

Además de una cuestión práctica, se trata también de diseño, esta curva en el fondo hace que la botella sea más resistente y que aguante mejor la presión del interior, lo que es más necesario en los vinos espumosos. Un diseño que también ayuda a que los sedimentos del vino queden en los laterales del fondo y evita que en parte caigan a la copa. Merece la pena también señalar que ayuda a sujetar la botella a la hora de servirla, haciendo que el agarre resulte más estable. 

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Podríamos pensar que la forma curva del culo de las botellas de vino es una mera cuestión de estética, así quedan muy bonitas, al fin y al cabo, pero en este caso es algo tradicional, que ayuda a mejorar la experiencia y protege el vino para que siempre esté en las mejores condiciones a la hora de tomarlo.