Un libro analiza el fenómeno urbano de las rotondas inexplicables en España: "Desde un camión hasta un hombre avión"
El investigador Erik Harley recorre en 'Pormis-Huevismo. Rotondas & Mamotretos' las glorietas más absurdas de España
Una 'turbo rotonda', en el kilómetro cero de la A-77, el punto más peligroso de España y con mayor nivel de accidentes
Dinosaurios de chatarra, templos solares, esculturas imposibles, aeropuertos vacíos, globos de jamón, homenajes extravagantes, delirios arquitectónicos, sueños oxidándose al sol. Todos estos elementos se pueden encontrar en infinidad de rotondas repartidas a lo largo de la geografía española. Un fenómeno recogido en el libro 'Pormis-Huevismo. Rotondas & Mamotretos', del investigador y experto en estudios urbanos Erik Harley. Informan en el vídeo Susana Ramos y Antonio Lasso.
"Es un falso movimiento artístico que me he inventado para poder hablar de todas aquellas construcciones, proyectos, urbanizaciones que no tienen ningún tipo de sentido", explica el autor a Informativos Telecinco.
Haciendo kilómetros por España, Erik ha encontrado mucho material para su libro. Elementos que "no tienen nada que ver con el contexto urbano y que tampoco celebran nada que haya sucedido en esos lugares", apunta.
Un caso peculiar es el de Leganés, donde construyeron su propio monstruo por eso de que se parece a Lago Ness. "En las rotondas cabe todo. Desde un camión hasta un hombre avión", añade el investigador.
Algunas nos dan señales de que alguien ha cobrado algo de dinero. "Políticos, constructores, promotores, gastando millones de euros del erario público en esculturas que nadie pidió", completa. En Benicasim reciben a vecinos y visitantes con una paella de cinco metros y medio y que rinde homenaje a una de sus fiestas más famosas.
En Vegas del Genil dan la bienvenida con una rotonda que hace un guiño a la ciudad de los casinos estadounidense. En Terrassa hay un dinosaurio hecho con carrocerías de un desguace. Iglesias, cementerios y hasta piscinas. "En España tenemos 80.000 rotondas, que se dice pronto, solo nos ganan los franceses", concluye Erik Harley.