Amanece en Torrevieja (Alicante) y el paseo marítimo de la playa del Cura ya es un hervidero de bañistas ávidos de que les llegue su turno para acceder. “Ahí está todo el mundo nervioso” nos dice el chico que ha grabado las imágenes en una playa limpia, impoluta, perfectamente parcelada y vacía, solo ocupada “por las palomas que están raudas para salir corriendo”. Todo hasta que se produce la estampida. “Acaban de turar una bengala al aire. No me lo puedo creer. Por dios bendito. Te digo yo que ni Usain Bolt” relata nuestro cámara particular. Cada uno lo hace a su ritmo, porque las edades son muy variadas desde el nieto, al hijo, pasando por el abuelo, dependiendo de sus posibilidades, con hamacas, sombrillas y toallas
“Nosotros madrugamos todos los días a las seis porque a las seis y media no hay quien entre”, “yo a las cinco y veinticinco ya estaba aquí”, apuntan algunos de los protagonistas de las carreras. Los madrugadores consiguen sitio en una playa que presenta a media mañana un aspecto de casi lleno, que una vez que lo está, se cierra, y ahora si toca hacer fila.
El ambiente ha sorprendido en el ayuntamiento donde el concejal de playas nos explica que "todo ha sucedido como una acumulación de personas que quieren coger cuadrícula”, gente que “tiene mucho tiempo libre y que se pueden permitir el lujo de bajar a primera hora. Lo que hacen es esperar a que estén montadas las cuadrículas” para luego salir corriendo y coger el mejor sitio. “No es una cola para entrar”
Toca practicar deporte vespertino para pasar el día tendido en la arena.