En plena fiebre por obtener la mejor autofoto, o selfi, hay quien no mide bien los riesgos, ni elige con acierto a sus compañeros de encuadre. A una chica argentina por poco le arranca la cara un pastor alemán que parecía inofensivo.
En la obsesión por los selfi se añade una nueva moda peligrosa. Lara lo sabe, parecía que el posado junto al pastor alemán de su amigo no corría riesgo, pero los animales son imprevisibles, su cara acabo entre sus dientes y en su rostro con 40 puntos y un recuerdo inolvidable de la fallida foto.
Aún peor acabo una mujer en un zoo americano que se atrevió a acercar su móvil a jaguar, confianza que pone peligro nuestras vidas por presumir de la mejor foto, somos capaces de cualquier cosa aunque a veces parezca que les hace gracia posar, no a todos les gusta fotografiarse. Se pasa de poner morritos a que la cabra ponga en su sitio a otra chica. El padre no se cansa de esperar la foto perfecta de su hijo.
No es lo mismo embaucar al mejor amigo del hombre que adentrase en terrenos salvajes para demostrar el amor por los animales.