10 errores que se cometen con más frecuencia en las primeras entrevistas de trabajo
¿Acabas de salir de la universidad y tienes tu primera entrevista de trabajo? Keep calm, una psicóloga recopila los diez errores más habituales y te explica cómo causar buena impresión
Resolvemos todas las dudas: ¿Mentir o decir la verdad? ¿Hacer preguntas o no ser muy pesado? ¿Criticar al explotador de tu jefe antiguo o fingir que fue un trabajo genial?
Aunque todos estamos deseando asistir a una entrevista de trabajo cuando salimos del a universidad, hay que reconocer que no es la situación más divertida, tranquila y enriquecedora a la que nos enfrentamos en nuestro día a día. Los nervios o las inseguridades pueden jugarnos una mala pasada, y si a eso se suma nuestra inexperiencia tenemos el caldo de cultivo ideal para causar la peor de las impresiones.
El primer fallo que cometemos sucede mucho antes de la entrevista de trabajo, concretamente a la hora de enviar nuestro Currículum Vitae a una empresa. Cuando tenemos que ponernos manos a la obra, nos invade el síndrome del impostor. Éste nos convence de que “no valemos para el puesto”, “se van a reír en nuestra cara” y “jamás de los jamases nos contratarían”, así que, para evitar ese anticipado fracaso, directamente no mandamos el currículum a no ser que estemos seguros al cien por cien de que encajamos con lo que la empresa busca.
MÁS
Pero pongámonos en situación: hemos hecho frente al síndrome del impostor, mandado nuestro currículum y la empresa se ha puesto en contacto con nosotros. El siguiente paso es una entrevista. ¿Y ahora qué?
Seguramente todos tus amigos te darán consejos sobre cómo parecer más seguro de ti mismo, algunos te dirán que bajo ninguna circunstancia mientas, otros te recomendarán que “disfraces un poquito la verdad” y tu madre, que es muy sabia pero también muy agorera, te freirá a preguntas sobre el trabajo cuando tú todavía no sabes nada sobre él.
Keep calm, no va a ser una experiencia traumática. Y si además quieres causar una buena impresión y aumentar tus posibilidades, presta atención a los errores que se cometen con más frecuencia.
1.Dar respuestas impersonales
Tu entrevistador probablemente hablará con decenas de personas a la semana, así que tienes que marcar la diferencia.
Por ejemplo, ante la pregunta “¿Cuál es tu mayor defecto?”, contestar que eres “demasiado perfeccionista” está más visto que las películas de El Señor De Los Anillos. Intenta ser creativo y fiel a ti mismo, respondiendo con sinceridad y dando pequeños detalles que ayuden a que se acuerde de ti.
2. No conocer información básica sobre la empresa
Seguramente hay detalles del trabajo que desconoces, pero lo ideal es que tengas unos conocimientos mínimos sobre la empresa en la que quieres trabajar. ¿Cuáles son sus valores? ¿Hacen eventos? ¿Cuáles son sus productos o servicios?
Puedes conocer esta información en su página web, haciendo una pequeña labor de stalkeo en sus redes sociales y hablando con conocidos que trabajen o hayan trabajado para la empresa.
3. Dejar que el entrevistador haga todas las preguntas
Preguntar cosas durante una entrevista demuestra iniciativa, sobre todo si lo haces al final. Te preguntarán si tienes alguna duda, y ese es el momento perfecto para soltar una pregunta que haga que el entrevistador se acuerde de ti.
Por ejemplo, “Si trabajo con vosotros, ¿cuáles serán mis posibilidades de progresar dentro de la empresa?” o “Soy una persona a la que le gusta actualizarse y estar al día en su profesión, ¿ofrecéis algún curso interno que me permita mejorar mis competencias?”.
4. Mentir
Sé que es tentador soltar una pequeña mentirijilla, pero imagínate que te cogen y tienes que presentar un título que no tienes o realizar una tarea para la que no estás preparado. Una forma de evitar esas incómodas situaciones es no mintiendo en la entrevista.
5. Infravalorar tus conocimientos, experiencia o logros
Igual que no debes mentir, tampoco debes pecar de humilde. Todo lo que figura en tu currículum, todos los trabajos que has tenido, todos los cursos aparentemente inútiles que has hecho a lo largo de tu vida, son importantes.
¿Te acuerdas aquella vez que fuiste monitor de campamento con 16 años? Te enseñó a coordinarte con otras personas y a mostrar tus dotes de liderazgo. ¿Y el voluntariado que hiciste? De él aprendiste a adquirir responsabilidad, a desarrollarte como persona y laboralmente, y a superar retos que hasta entonces no te habías planteado.
6. Olvidar detalles sobre tu Currículum Vitae
Antes de la entrevista léete tu Currículum Vitae al detalle, sobre todo si has metido información “de relleno” como cursos, talleres o trabajos random que has tenido a lo largo de tu vida.
En la entrevista te pueden preguntar por cualquier cosa que aparezca en ese papel, así que mejor estar prevenido y poder reaccionar con soltura.
7. No cuidar el lenguaje verbal y corporal
Es inevitable estar nervioso y nadie te va a juzgar si al principio te tiembla un poco la voz. Al fin y al cabo, eso es algo incontrolable. Lo que sí puedes controlar son pequeños detalles como no hablar muy bajito, vocalizar todo lo que puedas, no morderte las uñas o mirar al entrevistador a los ojos.
8. No mostrar entusiasmo por el trabajo
Si tu objetivo es conseguir un trabajo porque estás harto de vivir con tus padres y de no llegar a fin de mes, es normal que tampoco te entusiasme mucho la empresa en cuestión. En realidad, es un medio para vivir, no el trabajo de tu vida. Pero intenta disimular durante la entrevista.
El pasotismo causa muy mala impresión y aunque sea un trabajo bastante aburrido, actúa con entusiasmo y alegría ante la idea de formar parte del equipo.
9. Despotricar de tu antiguo trabajo, compañeros o jefe
Si has tenido un antiguo trabajo que fue una verdadera tortura, es normal que te salga criticar aquel entorno desde el fondo de tu corazón. Sin embargo, esta sinceridad tan extrema no suele causar buena impresión.
Sustituye la frase “mi jefe era un cabrón que me tenía explotado” por “aunque trabajo muy bien bajo presión, la situación crítica y el sobreesfuerzo que se nos exigía hizo que muchos empleados decidiésemos buscar otras opciones”. O “estaba hasta las narices de que no me subiesen el sueldo ni un euro” por “aunque la empresa me ofrecía mucha comodidad, no tenía oportunidades de aprender y ascender en mi vida laboral”.
10. Tolerar preguntas inapropiadas o ilegales sobre tu vida personal
En último lugar, pero no menos importante, es fundamental saber reaccionar a algunas preguntas que no sólo son inapropiadas, sino que también son ilegales (y que afortunadamente cada vez se hacen menos).
Por ejemplo, “¿Quieres tener hijos?”, “¿Cuál es tu nacionalidad?” o “¿Cuál es tu ideología política?”. Lo primero que nos apetece responder es “vete a la mierda, pero espera a que te caiga una inspección laboral por hacer ese tipo de preguntas”. La otra opción es decir “personalmente creo que eso es irrelevante para mi desempeño en la empresa, además nunca he tenido quejas ni mi vida personal ha interferido con mi trabajo”.