Miren hacia donde miren, todo es terrorífico. Hemos cedido al truco o trato. Halloween no tiene fin. España ya celebra esta fiesta casi como si fuera propia. Del sur al norte, en Gijón, eso sí, insisten en que estas calabazas son más celtas que yanquis.
Pero para norteamericanos orgullosos de su fiesta, ellos. Hasta en la NBA han llegado así al estadio. E incluso hay quienes han dado la rueda de prensa con su máscara. Y así, medio mundo ha caído hechizado y celebra Halloween entre muertos vivientes, disfraces y pasajes del terror.
Pero si naranja es la calabaza, verde es la esperanza y llega de México. Allí celebran su Día de Muertos, recordar a los ya no están, pero viven en nuestros corazones. Y recordar, que todos algún día todos nos iremos y sólo quedará de nosotros el amor que hayamos dejado.