Según cuenta el hombre al medio local Boston 25 News, cuando fue a las taquillas “le informaron de que la entrada ya había sido escaneada” unas horas antes de su llegada al estadio. Como consecuencia, Johnson tuvo que pagar otra entrada, en este caso de 450 dólares, para poder acceder al recinto y ver el partido. Además, una vez dentro, se acercó al sitio y no encontró a nadie sentado.
La empresa que gestiona la venta de entradas ya había advertido con anterioridad de este tipo de robos. “Se pueden publicar las entradas, pero hay que asegurarse de cubrir especialmente el código de barras e incluso la ubicación del asiento”, ha afirmado el gerente de Ace Tickets, April Martin. Como consecuencia, y tras perder 650 dólares, el hombre ha decidido cambiar la privacidad de su cuenta de Instagram para que el acceso no sea público.
Este tipo de robos son habituales cuando alguien quiere compartir su asistencia a algún tipo de evento importante a través de las redes sociales. Por ello, si no se tiene el debido cuidado, se puede perder no solo la entrada de dicha celebración, en este caso, sino también billetes de avión o premios.
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