En tiempo de abdicaciones no parece que el rey Nadal esté dispuesto a ceder a corto plazo la corona de París. Nueve veces ha mordido la gloria en la central de Roland Garros. Cinco consecutivas: lo que nunca nadie antes había hecho. Por eso igual que para Nadia Comanecci hubo que inventar el diez en la gimnasia, el tenis descubre números nuevos para Nadal. En el retrovisor de la historia del deporte quedan leyendas como Sampras, al que hoy ha alcanzado el balear. En el horizonte, a tiro de piedra, un hasta hace poco remoto Federer. Hoy tocó remontar ante el rival más duro posible, Novak Djokovic, que aspiraba al título y a proclamarse número uno del mundo. Tendrá que esperar el serbio que ya forma con Nadal una de las rivalidades más intensas del tenis de los últimos años.