La nota negativa de la EPA: la industria entra en terreno negativo y pierde 50.000 empleos en el último año

Ha sido una EPA histórica. Más de 600.000 nuevos empleos, un 11% menos de parados, el número de ocupados por encima de los 21 millones primera vez en la historia, la tasa de paro en su nivel más bajo desde 2008... Con un mayor peso de los indefinidos, el mercado laboral crea empleo en todas las comunidades autónomas, pero no en todos los sectores. La nota negativa a los datos del segundo trimestre la pone la industria: destruyó 64.500 empleos y pierde el nivel de ocupados de antes de la pandemia.

Se venía observando un comportamiento negativo del empleo en este sector desde finales de 2022. Muy concentrado sobre todo en la industria manufacturera, la que mayor peso tiene también. Los últimos datos más pegados en tiempo real al sector alertaban de la caída desde hace tres meses. El último índice PMI --un indicador de la actividad-- se situó en junio en su nivel más bajo de todo el año. Las cifras de la Encuesta de la Población Activa (EPA) han traducido el deterioro en pérdida de empleos.

"El ciclo de la industria es un poco más particular", reconocía el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés este jueves cuando se le preguntaba por la cuestión. Hablaba de "cierto enfriamiento" en este sector después de sufrir el aumento de los costes de la energía. "Estamos en un entorno complicado con la subida de los tipos de interés y la situación geopolítica sigue siendo incierta y compleja".

No solo es que la industria destruya empleo en el trimestre, sino que ya lo hace en el cómputo de los últimos doce meses. Una caída del 1,8% del número de ocupados que no se veía, si exceptuamos el periodo pandemia, desde el año 2014. Supone la destrucción de 50.000 empleos en el último año.

Los economistas barajan una leve recesión o un estancamiento para la industria. Algunas empresas constatan la paralización de los pedidos: la demanda no está tirando. El mercado exterior no es muy favorable. El panorama se presenta igual o más complejo en otros países europeos. La debilidad de las manufacturas será el principal responsable de llevar a Alemania a una recesión este año 2023, según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) está afectando claramente a un sector que requiere de grandes inversiones, ahora más costosas. El parón lo vemos también en el crédito: la demanda de préstamos de las empresas ha caído a su mínimo desde que hay estadísticas (año 2003).

Los bancos españoles constatan la falta de apetito por el crédito. "Llevamos una cantidad de sustos encima que las empresas están siendo más prudentes a la hora de invertir", apuntaba el consejero delegado del Banco Sabadell, César González Bueno. El volumen de crédito está cayendo "pero no porque nosotros no queramos prestar", aclaraba el número dos del Santander, Héctor Grisi.

Desde el cuadro de mandos del BCE en Fráncfort también se detecta una mayor aversión al riesgo de las entidades. "Vemos que están cada vez más preocupados por los riesgos en los que incurren sus clientes", sostenía este jueves Christine Lagarde.

Este momento de impase ha terminado afectando al empleo de la industria española que pierde, un año después de recuperarlo, el nivel de ocupados previo a la pandemia.

Sin embargo, dentro de la industria, el comportamiento de las actividades es bastante heterogéneo. No todas están destruyendo empleo.

  • En el lado positivo nos encontramos con negocios ligados a la industria alimentaria, el refino, la química o la fabricación de coches. Todos ellos crearon empleo en el segundo trimestre y mantienen tasas positivas en el cómputo anual.
  • Lo peor se concentra, principalmente, en cuatro industrias: fabricación de maquinaria, confección de prendas de vestir, industria papelera y maderera.

En términos absolutos, el peor registro de la industria es el de la confección de prendas de vestir con una caída de 18.800 empleos en el trimestre. A cierre de junio contaba con 37.800 trabajadores. El mínimo de la historia.

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