Gimeno cree que la competencia de Amazon es desleal, y por ello busca alianzas para político-económicas que planten cara al gigante online. Entre las razones expuestas por Gimeno están los puestos de trabajo, las aportaciones a las arcas del estado y el impulso económico que significa para el PIB español.
El año pasado el Corte Inglés facturó unos 1600 millones de euros y ganó 160 millones de euros. Es sin duda una de las empresas que más impuestos paga en España al tiempo que cuenta con una fuerza laboral de 100.000 empleados.
Gimeno, preocupado por el futuro de la compañía cree que el momento para la transformación ha llegado, y tiene un plan. El presentado hace unos meses al Consejo de Administración para transformar la compañía y que ha tenido gran acogida en el gobierno. La preocupación es máxima por un gigante del retail que tiene entre sus objetivos la salida abolsa en el medio plazo. Y esto implica transparencia, gestión ordenada y profesionalizada y un plan de negocio que se adapte a las nuevas circunstancias del mercado.
La generación de negocio del Corte Inglés supone el 2,5% del PIB español , muy lejos del peso que puede tener Amazon en la economía española. Gimeno – como presidente de la mayor compañía de distribución europea- una nueva legislación dentro del marco de la UE en donde todos los operadores (online o físicos) tengan una legislación equiparable. Para competir contra Amazon, propone alianzas como en Estados Unidos con operadores como Google . Wall- Mart ya tiene su alianza con el gigante buscador, y Gimeno quiere que Europa sea un solo mercado para que Google también les acepte como partners.
Gimeno, sucesor y sobrino de Isidoro Alvarez cree que no se plantea una guerra abierta contra los operadores puramente online, pero si hay que buscar unas “reglas comunes”. El Presidente de El Corte Inglés acaba de firmar la refinanciación de la deuda, negociaciones que comenzaron hace un año la semana pasada, y ahora busca inciar el proceso de modernización de la compañía acompañado por un “revival” de la Fundación Ramón Areces, sumida en el túnel del tiempo, como aseguran algunos de los colaboradores cercanos del Presidente de ECI.