Empleo

Los mayores de 55 años registran por primera vez una tasa de paro mayor que los más jóvenes

El paro crece entre los mayores de 55 años. GETTY IMAGES
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Aunque el empleo pasa por una buena racha en España, hay algunos colectivos más perjudicados que otros. De hecho, algunas tendencias históricas se han invertido. Así, las personas mayores de 55 años, que tradicionalmente han registrado los menores niveles de desempleo, cuentan por primera vez con una tasa de paro 0,4 puntos superior a la de la franja de personas activas entre 25 y 54 años, según un informe publicado hoy lunes por la Fundación BBVA con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

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El fenómeno es llamativo, sobre todo porque la última etapa en activo antes de la jubilación solía ir acompañada de mayor estabilidad en el puesto de trabajo que otras anteriores. Hasta ahora, según recuerda el estudio, la tasa de empleo de los mayores estaba consistentemente por encima de la de los más jóvenes. En 1994 llegó a superar en 9,2 puntos la tasa de ocupación de los trabajadores de entre 25 y 54 años, pero esta diferencia se ha ido reduciendo hasta invertirse.

Así, en el 2025 el 9,8% de los mayores de 55 años buscan trabajo, 0,4 puntos más que los 24-54 años (9,4%). El dato coloca a ese grupo de edad todavía por debajo de la media de desempleo española, pero la conclusión del estudio es clara: la edad se ha convertido en un factor de riesgo creciente para el empleo.

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Precariedad más severa

El empeoramiento en el empleo experimentado por los mayores a lo largo de las últimas décadas revela grandes diferencias entre quienes han conseguido mantenerse en activo durante toda su trayectoria laboral y quienes han tenido que buscar empleo más allá de los 55 años. Estos últimos sufren una precariedad más severa y encuentran mayores dificultades para hallar un nuevo empleo digno que sus colegas más jóvenes.

Casi el 58% de los parados mayores son desempleados de larga duración, frente al 36% entre los trabajadores de 25 a 54 años. Además, cuando logran volver a trabajar, lo hacen en peores condiciones: más de la mitad de los mayores recién empleados tiene un contrato temporal, un 10% encadena empleos precarios de muy corta duración y casi uno de cada tres acaba en ocupaciones elementales.

El desajuste se hace extensivo a los salarios. Aunque el sueldo medio anual de los mayores es más elevado que el del resto de asalariados (30.038 euros frente a 26.855 euros en el caso de los de 25 a 54 años), para los mayores con menos de un año de antigüedad en el puesto de trabajo, el salario es mucho más reducido (19.558 euros), e incluso está por debajo del de los asalariados de 25 a 54 años en similar situación (19.837 euros).

Cambios vertiginosos

Lo cierto es que los vertiginosos cambios tecnológicos están expulsando del mercado laboral a una parte de un grupo de trabajadores que todavía tiene mucho que aportar. Especialmente en un contexto de envejecimiento de la población, en el que se retrasa la edad de jubilación para garantizar la sostenibilidad de las pensiones.

"Las empresas los perciben como candidatos menos atractivos. En algunos casos se puede deber a que sus competencias están más desajustadas con lo que necesitan las nuevas empresas. También está la idea de que un trabajador más joven es más flexible a la hora de aprender cosas nuevas. Incluso la empresa puede considerar que si invierte en su formación, con un trabajador más joven tiene un recorrido más amplio para aprovechar la inversión”, explica Lorenzo Serrano, investigador de Ivie y catedrático de Análisis Económico en la Universitat de València.

Por ello, el estudio recomienda una apuesta decidida por las reformas enfocadas a la mejora en el empleo y la formación de los trabajadores de más edad. En este sentido, aboga por superar los estereotipos basados en la edad y lograr que las propias empresas inviertan más en formación de los trabajadores sénior.