Un estudio del BBVA y la Fundación Rafael del Pino desvela que el paro volverá a niveles de 2016

  • El PIB por persona en edad de trabajar retrocede a niveles de 1998

El Instituto Nacional de Estadística ha demostrado los niveles del golpe del coronavirus a la economía española: la caída del 5,2% en el primer trimestre es histórica. Ya el FMI advirtió que el impacto del coronavirus en la economía española van a ser dramáticos y mayor que en el resto del mundo.

BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino estiman que la disminución del PIB por persona en edad de trabajar registrará una caída del 10,5% respecto al año pasado, con un peso equiparable en dicho retroceso de los factores de oferta y demanda. Así se desprende de la cuarta edición del Observatorio sobre el Ciclo Económico en España, que tiene periodicidad semestral, en el que se analiza y cuantifica la influencia de un amplio conjunto de factores estructurales que determinan los ciclos económicos con la ayuda de un modelo diseñado por investigadores de las tres instituciones implicadas.

En concreto, se evalúan los factores estructurales que explican el comportamiento cíclico de la economía española durante la crisis del Covid-19 y se estiman las principales perturbaciones estructurales que han afectado al crecimiento del PIB por persona en edad de trabajar durante 2019 y primer trimestre de este año, y las que afectarán a los tres trimestres restantes de 2020, condicionadas a las previsiones de BBVA Research.

Así, el Observatorio señala que la caída en el PIB por población en edad de trabajar como consecuencia del Covid-19 "no tiene parangón histórico". De acuerdo con las previsiones publicadas en abril y el avance del PIB en el primer trimestre de este año, entre el último trimestre de 2019 y el segundo de 2020, su contracción podría ser de un 22%, lo que lo situaría en niveles de la segunda mitad de 1998.

En el último trimestre de 2020, y tras la recuperación de la segunda mitad del año, la caída se quedaría aproximadamente en un 6,5%, situando el PIB por persona en edad de trabajar con un nivel equivalente al de 2016. Por consiguiente, en términos anuales, la disminución para el conjunto de 2020 sería del 10,5% respecto a 2019. Según el observatorio, en el conjunto del año 2020 los factores de oferta y demanda tendrían un peso equiparable, aunque con comportamientos diferenciados por trimestres. Los factores de demanda representan el 74% de la caída en el segundo trimestre, en el periodo más intenso de confinamiento, y contribuyen a un 48% de la caída en el conjunto del año.

Por su parte, los factores de oferta contribuirán con el 84% de la caída interanual en el tercer trimestre (en desviación respecto a su promedio histórico), y suponen el 52% de la contracción durante todo 2020. Entre los factores de demanda destaca la contribución negativa de las perturbaciones de consumo privado y de la demanda de viviendas en el segundo trimestre de 2020, detrayendo 12 puntos porcentuales al PIB. Por el contrario, la contribución positiva del crédito bancario durante el segundo trimestre de 2020 habría impedido una caída adicional del PIB equivalente a 4,5 puntos porcentuales.

En cuanto a la tasa de desempleo durante la crisis del Covid-19, el observatorio destaca su escaso aumento en relación con otras crisis, teniendo en cuenta la magnitud de la caída acumulada del PIB en la primera mitad de 2020. Hasta la crisis del coronavirus, la evidencia para España indica que, en promedio, por cada punto de variación en la tasa crecimiento del PIB el empleo respondía cerca de 1,1 puntos. Por el contrario, en el primer semestre de 2020 el PIB se contraerá previsiblemente más de un 20% y la afiliación a la Seguridad Social menos de un 5%.

Si se cumplen las previsiones, en el segundo trimestre de 2020 la situación del mercado de trabajo sería similar a la de principios de 2016, muy lejos de los niveles de paro alcanzados durante la gran recesión. Las previsiones apuestan por una recuperación "relativamente rápida", de manera que a finales de 2020 se volvería a una situación en la que el ratio de vacantes sobre desempleo se situaría cerca de su promedio histórico. En cualquier caso, señala que conviene tomar con "cautela" estas previsiones, dadas las incertidumbres sobre cuántos de los trabajadores afectados por ERTE volverán a retomar la actividad en los mismos puestos de trabajo anteriores a la crisis y cuántos ERTE se convertirán en EREs, con la consiguiente destrucción de empleo.