Reforma 2026: cómo elegir entre cotizar 25 o 29 años para calcular tu pensión

El cálculo de la pensión cambia a partir de 2026, y solo es el principio
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En el corazón del debate sobre el futuro de las pensiones en España planean múltiples interrogantes que depende de los cambios normativos presentes y futuros. Una de las próximas novedades en este sentido será la elección de los años cotizados, que cambia a partir de enero de 2026. Será entonces cuando los trabajadores tengan que plantearse una pregunta: ¿Es mejor computarse los últimos 25 años de cotización o, escoger los 27 mejores dentro de los últimos 29?
La reforma de pensiones que entrará en vigor en enero de 2026, y que culminará en 2044 permitirá que cada persona reciba automáticamente el cálculo más favorable. Pero detrás de esta medida aparentemente ecuánime, se esconde una reconfiguración profunda del contrato social.
Una transición matemática con alma política
La lógica detrás de esta reforma, contemplada en el Real Decreto-ley 2/2023 y respaldada por el Pacto de Toledo, no es meramente actuarial: es política, económica y social. Según el nuevo sistema, a partir de 2026 se compararán dos fórmulas para calcular la base reguladora. Por una parte estará la tradicional, basada en la cotización de los últimos 25 años de cotización (300 meses), divididos entre 350. Por otra parte está la nueva forma de cálculo, que toma los 27 mejores años dentro de los últimos 29, es decir, 324 de los últimos 348 meses, permitiendo excluir los dos peores ejercicios laborales.
Pero este cambio no es inmediato, sino de carácter progresivo. En 2026 se arrancará con un cómputo de los 302 mejores meses entre los últimos 304, dividiendo entre 352,33, y cada año se sumarán 4 meses hasta alcanzar el modelo final en 2044. Esta flexibilidad permite a los trabajadores con trayectorias discontinuas, como los autónomos, mujeres con interrupciones por cuidados, o trabajadores expulsados de sectores en declive, rescatar parte de su dignidad contributiva. En cambio, para quienes contaban con cotizaciones elevadas durante toda la trayectoria, quedarse en los 25 años completos puede ser igual o incluso más beneficioso.
¿Quién gana con esta reforma?
Este nuevo cálculo no premia la pereza ni castiga la constancia, sino que reconoce la precariedad estructural del mercado laboral español. Para quien ha cotizado de forma estable durante décadas, con salarios más o menos regulares, el sistema de los 25 años sigue siendo competitivo. Pero para quienes vivieron en sus últimos años laborales caídas salariales, desempleo o parcialidad forzosa, poder eliminar los dos peores años puede marcar cientos de euros mensuales de diferencia en la jubilación.
Además, no es una elección individual. No hay que presentar solicitud, ni decidir activamente. La Seguridad Social evaluará ambas fórmulas y aplicará directamente la más ventajosa. El trabajador simplemente se jubilará con la mejor pensión posible según su historial.
El nuevo sistema también dialoga con otras medidas introducidas en la reforma de 2023, como los incentivos para retrasar la jubilación, la compatibilidad creciente entre pensión y salario, y la adaptación del sistema a la longevidad creciente. Todo ello con el horizonte de reforzar la sostenibilidad sin abandonar la justicia distributiva.
Para el trabajador medio, sin conocimientos técnicos, lo fundamental es entender que a partir de 2026 la base reguladora ya no será una fotografía plana de los últimos años, sino un retrato más justo y completo de la trayectoria profesional. Y eso cambia no solo cuánto se cobra, sino cómo se percibe la vejez: no como castigo por una vida laboral accidentada, sino como un derecho garantizado pese a sus imperfecciones.

